lunes, 30 de noviembre de 2009

Navidad epoca de contradicciones















NAVIDAD: ÉPOCA DE CONTRADICCIONES
MIENTRAS UNOS SE DIVIERTEN, OTROS LUCHAN CON LA TRISTEZA QUE LA TEMPORADA LES PRODUCE

Por peludencia.blogspot.com
Para muchos Dominicanos la temporada navideña es sinónimo de alegría, reuniones familiares, fiestas y júbilo. Por eso, se preparan para recibirla con todo el entusiasmo del mundo. Sin embargo, para otros pueden ser los días más tristes que les toca vivir en el año.
El panorama se complica aún más este año si se toma en cuenta la gran cantidad de dominicanos que no tienen empleo y los que viven con la incertidumbre de no saber cuándo les tocará. A lo que también se suma la alta tasa de criminalidad, delincuencia y drogadicción que azota a la sociedad dominicana
Así de contradictorias pueden ser las fiestas que se avecinan. Mientras unos se divierten y exudan felicidad, otros están deprimidos y abatidos, un estado que se puede agravar por toda la carga sentimental que suele rodear estas fiestas. Algo que algunos llaman depresión navideña o 'Christmas Blues'.


Pero más que definirla como depresión navideña, el psicoanalista prefiere hablar de la “melancolía en la Navidad”. Aunque destaca la importancia de reconocer que es la época del año de mayor vulnerabilidad para algunas personas. De hecho, afirma que hace varios años decidió no tomar vacaciones durante estos días.
“La demanda siempre es alta y hay mucha gente a la que uno no puede dejar de tratar”, señala el psicoanalista, tras explicar que como la primera relación con la Navidad se da en la niñez, la fecha evoca el vínculo con la familia. Así que, cuando ha habido pérdidas o rupturas familiares, “ese recuerdo está a flor de piel más que en ninguna otra fecha”. Lo otro que también se evoca, añade, es la niñez “que siempre es una época de recuerdos” , que pueden ser hermosos o muy tristes, lo que puede provocar nostalgia por esa época.
Pero esa nostalgia, advierte psicoanalista, pueden desfigurar los recuerdos a tal punto que se idealizan. Por ejemplo, recuerdos de las reuniones cuando el padre estaba vivo, la época en que el matrimonio compartía junto y ahora los niños están con la madre.
“El peligro es que si uno está muy vulnerable y no tiene una red de apoyo, hay alto riesgo de suicidio o de adicciones, porque es un periodo donde los excesos se legitiman y, por ejemplo, la gente se da permiso para beber o comer sin límites. Pero después te sientes culpable, te sumes en esa melancolía que te hace más vulnerable”, sostiene , mientras señala que esa vulnerabilidad implica que la persona va a estar más frágil.
“Y las ausencias, el silencio y la soledad te pegan más duro”, afirma , tras explicar que todas las experiencias para las que, en circunstancias cotidianas se tienen ciertas defensas o resiliencia, en Navidad se pierden. “Es como si perdiéramos toda esa piel y todo nos duele más”, añade.
Hablan los estudios
De hecho, diversas investigaciones han llegado a la conclusión de que en esta época del año, teóricamente marcada por la felicidad y la ilusión, los casos de “bajones anímicos” y de suicidio aumentan hasta en un 40%.
De ahí la importancia de tomar en cuenta cualquier comportamiento que pueda indicar si un ser querido pasa por esa situación, recomienda el psiquiatra
No obstante, el psiquiatra opina que durante esta época lo que más se ve son síntomas de distimia -un trastorno de depresión leve que se caracteriza por baja autoestima y la aparición de un estado de ánimo melancólico, triste y apesadumbrado, pero que no cumple con todos los patrones diagnósticos de la depresión mayor.
“Además, puede haber pérdida de interés por las celebraciones navideñas, énfasis excesivo en el uso de alcohol y de sustancias, irritabilidad, coraje y cierto aislamiento social”, explica quien ha notado que algunas personas también usan la fecha como “un escape”, un “vámonos de aquí” como una manera de manejar la distimia.
Sin embargo, el psiquiatra tampoco descarta que en algunas personas se exacerben pensamientos sobre la muerte. Sobre todo, si ha ocurrido alguna pérdida reciente o si es el aniversario de muerte de un ser querido.
“Para ellos, estos días pueden ser particularmente fuertes y eso provoca sentimientos de tristeza y el vacío se siente más”, agrega . También hay otros factores que pueden contribuir, agrega.
Uno de ellos tiene que ver con los problemas internos entre algunos de los miembros de una familia, lo que crea tensiones subterráneas que pueden causar mucho estrés. Otro elemento, dice el psiquiatra, es la pérdida de significado de la celebración.
“Me parece que mucha gente celebra esta fecha por razones que no son las originales. Se ha perdido el significado espiritual y humanístico y se convierte meramente en una secuela de bebelatas y comelatas que son vacías y muy superficiales”, opina , quien cree que cuando la celebración se comercializa y se “rutiniza, queda un vacío que contribuye a los distintos estados de ánimo que aparecen en esta época”.
Según el psicoanalista , la temporada navideña es perfecta para poner en marcha redes de solidaridad y apoyo “para que nadie esté solo en estas fechas y que estemos pendientes de nuestros círculo de amigos y familiares”.
Sin embargo, eso no quiere decir que obligues a alguien a ir a una fiesta. Es perfectamente legítimo que no quiera asistir. “Pero te puedes hacer presente y hacerle sentir que estás disponible”, aconseja .
También es momento de reinventar las celebraciones. “Para el que está pela'o, la salida de consumo no es una opción. Por eso es importante rescatar un poco la actividad cultural”, recomienda .
Otras recomendaciones:
•Comparte con los viejos de tu familia, conversa con ellos.
•Si antes viajabas o celebrabas en grande y ahora la situación económica no te lo permite, utiliza la situación como una oportunidad positiva para examinar tu vida y tu espiritualidad.
•Pon tu situación en perspectiva y no te dejes arrastrar por la comercialización y el consumismo.
•Es un buen momento para sentarte y conversar con alguien de tu confianza -un director espiritual, una persona sabia, un psicólogo o un familiar- sobre tus temores, ilusiones o problemas.
•Saca tiempo para reflexionar, meditar y estar a solas.
Terapias alternativas
Según la terapista en regresiones a vidas pasadas, Teresa A. Vilá Zorrilla, algunas terapias alternativas son excelentes para personas con depresión leve y melancolía. “Les pueden ayudar a encontrar la raíz del problema y lograr sanar”, agrega. Entre ellas, menciona:
•Terapia de regresiones a vidas pasadas: A través de una relajación profunda te llevan a un estado hipnótico para sanar los síntomas que te afecta en el presente. Al revivir tus memorias inconscientes puedes liberarlas, identificando las reacciones corporales, emocionales y desactivando creencias mentales del pasado, creando nuevos enfoques y conductas más satisfactorias.
•Hipnosis de pensamiento positivo: Ayuda a eliminar de manera consciente los pensamientos negativos que te atormentan y no te permiten avanzar en tus planes de vida.
•Meditaciones guiadas: Con el uso combinado de la música, olores relajantes, ejercicios de respiración, llegas a un estado profundo de relajación y conexión espiritual. Esto te permite experimentar sensaciones y pensamientos de bienestar y armonía
•Reiki: A través de esta técnica milenaria puedes canalizar la energía universal y armonizar tu cuerpo, mente y espíritu logrando una relajación profunda y experimentando sensaciones de paz y bienestar.
•Terapia para potenciar autoestima y talentos: Sesiones de terapias para desarrollar el poder de tu mente con el fin de alcanzar metas personales, sociales y profesionales para ser feliz.

La tristeza de las celebraciones
Según el geriatra Walter Rosich, catedrático de la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas, las personas de edad avanzada tienen muchas pérdidas, entre ellas, las sociales. Por lo tanto, tienen mayor riesgo de padecer de depresión.
“La celebración de la Navidad en Republica Dominicana suele ser típicamente familiar y el anciano esperar estar incluido en esas celebraciones. En los casos donde son alienados o, en algunos casos, hasta abandonados, es lógico esperar que durante las fiestas navideñas haya más cantidad de ancianos con alto riesgo de depresión”, afirma el doctor Rosich, tras destacar que no hay ninguna razón para excluir al anciano de las actividades familiares.
Precisamente, anticipar que en algún momento no van a ser incluidos en las actividades familiares los predispone a sentir más tristeza y nostalgia por tiempos pasado. Sin embargo, aclara que también hay que estar pendiente porque muchos pacientes de edad avanzada tienen padecimientos neurológicos, algún tipo de demencia o de problema vascular en el cerebro, que son los que están en alto riesgo de depresión.
De hecho, Rosich advierte que muchos pacientes con depresión mayor crónica pueden sufrir recaídas durante la Navidad.
“Se dice que la Navidad es época de compartir. ¿Pero vamos a incluir al viejo? ¿O solamente vamos a ser un grupo de jóvenes fiestando y bachateando? Hay que pensar que muchos viejos no van sentirse bien y no les interesa estar en esas fiestas. Pero sí debe haber algún momento en que se pueda reunir con toda la familia y no hay ninguna razón para excluirlo”, recomienda el geriatra.
Por eso aconseja consultar con un profesional de la salud si un familiar de edad avanzada exhibe síntomas de depresión durante esta época “porque son condiciones que producen un enorme sufrimiento psicológico a quien lo padece”.
Según Rosich, hay ciertos síntomas que si persisten más allá de la época navideña deben alertar de una posible depresión. Por ejemplo, menciona la tristeza que se mantiene por un tiempo prolongado, dejadez, alteraciones en el patrón de sueño, no se acicala como antes, pierde placer por hacer ciertas actividades que antes disfrutaba, entre muchas otras. A eso también se suma, señales físicas. Entre ellas, pérdida de apetito, cansancio, dolores y espasmos musculares.
¿Qué hacer ante los primeros signos de tristeza? Rosich recomienda compartir con la persona porque “posiblemente lo que necesita es un poco de compañía”. También aconseja buscarle distracción dentro de sus intereses y si hay una reunión familiar “hacer todo lo posible porque asistan”.

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