jueves, 4 de marzo de 2010

Paterson intento acallar a la acusadora











Paterson intentó acallar a la acusadora
Crece el coro que pide la renuncia del gobernador de N.Y.

Por D. Kocieniewski y J.W. Peters / The New York Times
Nueva York - Una figura clave en el escándalo por abuso doméstico que involucra al gobernador David A. Paterson dijo a los investigadores que el gobernador la llamó para conseguir su ayuda para acallar a la acusadora, de acuerdo con una persona conocedora del relato hecho por ella.
Deneane Brown, una empleada estatal, era amiga tanto del gobernador como de la mujer que había acusado a un prominente ayudante de Paterson, de haberla atacado el otoño pasado. La persona conocedora de la versión de los eventos dada por Brown dijo que Brown le dijo hace varias semanas que transmitiera un mensaje a la acusadora: “Dile a ella que el gobernador quiere que esto desaparezca”.
Brown entonces contactó a la acusadora, Sherr-una Booker, repetidamente por teléfono y por mensaje de texto, dijo la persona, pero el contenido de dichas comunicaciones no está claro. Y el 7 de febrero, el día antes en el que Booker iba a regresar a la Corte de Familia para una orden de protección permanente contra el ayudante, David W. Johnson, Brown hizo los arreglos para una conversación telefónica entre Booker y el propio gobernador.
Booker no compareció a la corte al día siguiente, lo que resultó en que el caso fuera desestimado.


El relato de Brown, cuyos algunos aspectos ella ha notificado a los investigadores, provee la más explícita descripción hasta la fecha de la intervención del Gobernador acerca de las secuelas de la acusación por agresión contra Johnson. Las llamadas de Paterson a Brown empezaron a finales de enero o comienzos de febrero, según una persona familiarizada con el relato de Brown. Fue alrededor de dicha fecha que los reporteros de The New York Times empezaron a reportar sobre los antecedentes y el ascenso a ayudante principal de Johnson.
Paterson, a través de un portavoz, negó el martes por la noche haber dicho a Brown que “hiciera desaparecer esto”, o cualquier esfuerzo por silenciar a Booker. El Gobernador ha empezado a decir a destacados demócratas estatales que él sostuvo una conversación con Booker sólo porque ella lo había contactado para quejarse que estaba siendo molestada por reporteros de The Times.
Los efectos de la controversia continuaron el martes. El superintendente de la policía estatal, Harry J. Corbitt, quien fue el primero en admitir hace una semana que policías estatales contactaron a Booker en lo que él describió como un esfuerzo por explicar sus “opciones” (de ella), anunció el martes por la noche que renunciaría.
Y un creciente coro de figuras políticas de Nueva York llamaron al gobernador para que renunciara.
“Esta última noticia es muy desalentadora para aquellos de nosotros que creíamos que el Gobernador era un fuerte defensor de la igualdad de las mujeres y de poner fin a la violencia contra ellas”, dijo Marci Pappas, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres, capítulo de Nueva York, una influyente entidad en la política demócrata. “A pesar del excelente historial del Gobernador hasta el momento sobre los asuntos de la mujer, es hora de que él ahora renuncie”. El senador estatal Craig M. Johnson, un demócrata del condado de Nassau, dijo: “Esto es cuestión de liderato. Y a veces se sabe si existe o no liderato cuando uno ya no puede liderar más”.
Respuesta vaga
Paterson no ha respondido a preguntas sobre su propia comprensión de la alegada agresión o sobre su papel en respuesta de su administración a ella, citando una investigación del fiscal general, Andrew M. Cuomo. Paterson ofreció el martes sólo una respuesta general a las acusaciones, diciendo a los reporteros que su implicación “no fue comprobada”.
Booker dijo a la Policía que el 31 de octubre Johnson rasgó su disfraz de Halloween, trató de asfixiarla, la lanzó contra una cómoda y le impidió que llamara a la Policía para pedir ayuda. Ella acudió a la Corte de Familia, y dos veces obtuvo órdenes de protección temporales antes de dejar de comparecer a buscar la orden final el 8 de febrero.
Brown es una de dos empleadas estatales a las que el Gobernador dio órdenes personalmente para que contactaran a Booker, de acuerdo con dos personas con conocimiento directo de las acciones del Gobernador. La otra empleada es Marissa Shorenstein, secretaria de prensa de Paterson.

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