martes, 30 de junio de 2009
Mueren 13 en explosion den vagon de tren
Una de las últimas víctimas mortales de la tragedia es una niña de 4 años que había sido rescatada de los escombros. (Lorenzo Galass / AP)
Mueren 13 en explosión en vagón de tren
Otras 30 personas resultaron heridas de gravedad en el accidente al norte de Italia
ROMA - Italia se levantó hoy sumida en una nueva tragedia, la explosión en uno de los vagones de un tren cargado de gas en la localidad de Viareggio, en el norte de Italia, que ha provocado al menos trece muertos y 30 heridos de gravedad, confirmó a Efe un portavoz de Protección Civil.
Cuando todavía no están claras las causas de la explosión y el número de víctimas todavía no son oficiales, los primeros testigos han señalado que una "nube de gas" originada por el escape en uno de los vagones del convoy alcanzó una casa vecina a la estación, y en ese momento, un chispa pudo haber causado la deflagración.
Los heridos presentan quemaduras de hasta el 90 por ciento en el cuerpo, mientras que los muertos han resultado calcinados en su mayoría, informan.
Una de las últimas víctimas mortales de la tragedia es una niña de 4 años que había sido rescatada de los escombros la pasada noche y había sido trasladada al Hospital "Niño Jesús", de Roma.
Se trata de "uno de los peores episodios que ha golpeado el sector de los transportes" italiano, según el jefe de la Protección Civil, Guido Bertolaso, que ha expresado su deseo de que esta triste experiencia sirva para que se apliquen nuevas medidas de seguridad en este ámbito.
Los trabajos de rescate, que comenzaron poco después de que tuviera lugar el accidente a las 23.50 horas (21.50 GMT), continúan con la esperanza de encontrar con vida a las personas que se cree que han quedado sepultadas bajo los escombros de dos edificios que cedieron a raíz de la explosión.
Asimismo, también se trabaja en la extinción del espectacular incendio provocado por la deflagración así como en el vaciado de las trece cisternas de gas petróleo licuado (GPL), que formaban parte del convoy ferroviario accidentado, y que podrían explotar por la propagación del calor.
La explosión que no sólo afectó al convoy, sino también al edificio de la estación y a los vehículos aparcados por lo que muchos pensaron, en un primer momento, que era el resultado del estallido una bomba.
Mientras tanto, se suceden los testimonios sobre el suceso y sobre escenas dantescas de personas envueltas en llamas mientras los coches explotaban uno tras otro.
"Estaba en mi habitación, he oído el chirrido de un frenazo y he visto que del tren de mercancías que pasaba por la estación salía una nube blanca altísima. Entonces he entendido que se trataba de gas que de repente se ha convertido en un muro de unos 200 metros de alto de fuego", explicó uno de los testigos de lo sucedido.
"He oído al menos tres explosiones", refirió el testigo al diario "La Repubblica", que tras las deflagraciones se dirigió al lugar de los hechos para ayudar.
"He visto a dos chicas muertas bajo los escombros, se oían los gritos de un chico cuya pierna había quedado atrapada y que tenía miedo de prender fuego", agregó.
Giuseppe Ferraciolo, un camarero de la estación, narró que el tren entró en la terminal ferroviaria "a toda velocidad, se veían chispas que salían de los raíles y venía envuelta en una nube de polvo. Poco después, numerosas explosiones transformaron en una enorme hoguera la estación, las casas circundantes y los coches".
La Compañía de Ferrocarriles del Estado italiano, Trenitalia, ha apuntado que el incidente pudo deberse a que uno de los bojes de los primeros compartimentos cisterna del tren cediera y provocara una fuga de gas que causó la explosión.
De los catorce vagones del tren accidentado, los cinco primeros volcaron, otros dos están en pie pero fuera de las vías, y los siete restantes no sufrieron daños, según Trenitalia.
Italia se ha volcado con esta nueva tragedia que ha sacudido al país, cuando todavía está muy vivo el recuerdo del terremoto que el pasado 6 de abril devastó la región de Los Abruzos y que provocó casi 300 muertos y miles de desplazados.
El primer ministro, Silvio Berlusconi, ha afirmado que la situación "es grave" y que viajará esta tarde a Viareggio para seguir los trabajos de rescate, mientras el papa Benedicto XVI expresó su "profundo pesar" por las víctimas.
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