martes, 9 de junio de 2009

Cuando se esfuma el deseo















Cuando se esfuma el deseo
Son múltiples y variadas las causas de la ausencia del deseo sexual en el varón

Por peludencia.blogspot.com
Deseo sexual, impulso vital que el tiempo y las circunstancias pueden matizar, variar, y en el peor de los casos extinguir.
Dicen los expertos que su falta aqueja más a la mujer. Sin embargo, también afirman que se manifiesta igualmente en los varones, aunque sobre esto se hable menos. Ocurre por múltiples factores, algunos similares y otros diferentes a los que ellas enfrentan.
La doctora Angélica Santiago, educadora en salud del Recinto de Ciencias Médicas, explica que lo que conocemos como deseo sexual es lo que los estudiosos identifican como el líbido. Se define como el interés o atracción hacia una persona y constituye la primera fase de la respuesta sexual humana.
Esta emoción es lo primero que debe mediar para que se consume un acto sexual. El deseo despierta por estímulos eróticos externos (apariencia, olor) o internos (fantasías o recuerdos).
Cuando sentimos deseo, el hipotálamo, que es la parte del cuerpo que regula el hambre y el sueño, emite un mensaje al cerebro avisándole que esa persona te gusta. Este, a su vez, ordena a la glándula hipófisi, que segregre las hormonas sexuales que estimulan la actividad.
Santiago sostiene que un gran número de hombres, tan jóvenes como entre los 28 a 30 años, llegan a su consulta preocupados por los cambios en su actividad sexual.
“Me dicen que hace un par de años estaban bien activos pero de repente se sienten siempre cansados y aunque quieren a su pareja no la desean”, establece.
Aunque generalmente la mayoría de las relaciones atraviesa momentos menos intensos sexualmente, la falta de deseo sexual se convierte en una condición o trastorno cuando persiste.
Algunas personas enfrentan la falta de deseo sexual como algo pasajero, pero al no atenderlo pueden poner en peligro la armonía de la pareja, advierte la doctora Gloria Mock.
A continuación las causas más comunes de la falta de deseo sexual en el varón -muchas de las cuales aplican a las féminas- y alternativas para lidiar con éstas.
ESTRÉS:
Los problemas, preocupaciones económicas y las tensiones pueden
tener un efecto de “desgaste” emocional. Ello puede redundar en la
disminución del deseo sexual o evitar el disfrute pleno de los encuentros íntimos con la pareja, pues la mente está en otra parte.
• Aprende a separar las presiones diarias al tiempo para la relación íntima con tu pareja. Visualiza ese espacio como una oportunidad para disfrutar de la compañía y satisfacción de sentir la cercanía de tu compañera.

PROBLEMAS EN LA RELACIÓN:
“Las luchas de poder, los conflictos, inseguridades, entre otros sentimientos, pueden afectar la armonía de la pareja si no se atienden”,
explica la doctora Mock.
La intimidad sexual se afecta enormemente cuando la pareja mantiene un ambiente de tensión, peleas frecuentes y resentimientos no resueltos. En otras palabras, la calidad de la íntima, podría ser un indicador
de cómo va la relación de pareja.

• Fomenta la comunicación saludable y no permitas la acumulación de resentimientos que tanto dañan las relaciones. Reflexiona sobre tus necesidades y compártelas de forma positiva, no con acusaciones. Comienza tus frases así: “me sentiría mejor si tú.., cuando te comportas así me siento...”.

ETAPAS DE LA VIDA:
Alrededor de los 50 años los hombres atraviesan por la andropausia.
En esta etapa es posible que los cambios en los niveles hormonales ocasionen una merma en el deseo.
• En esta etapa es muy importante la comunicación con la pareja, que
conozca lo que estás atravesando. Un urólogo puede verificar los niveles
de testosterona y hacer recomendaciones o recetar tratamientos.
Se debe cuidar la alimentación y mantener un estilo de vida saludable.
ENFERMEDADES CRÓNICAS:
Las condiciones físicas y psicológicas pueden disminuir el líbido.

• Consulta a tu médico. Él podrá determinar si algo en tu condición física está interfiriendo con tu deseo sexual y podrá ofrecerte alternativas para
lidiar con la situación.
MEDICAMENTOS:
Ciertas drogas o fármacos, especialmente los antihipertensivos
(para la presión arterial), los antidepresivos o diuréticos, entre
todos, también podrían afectar el apetito sexual.
• Oriéntate sobre los efectos secundarios de los medicamentos
y busca alternativas para tratar las condiciones de salud.
EXCESO DE ACTIVIDAD FÍSICA:
El ejercicio libera endorfinas (sustancias que provocan placer). En algunos casos, la actividad física excesiva puede provocar, además de desgaste, un sentimiento de satisfacción que sustituya la necesidad
de tener sexo.

• Dependiendo de cómo te sientas, crea un balance en tu actividad física para evitar efectos negativos en la calidad de tu vida sexual. Si entiendes que la cantidad de ejercicio está afectando tu intimidad, disminuye un poco la cantidad de días o el período de tiempo que dedicas a tu rutina.
ABURRIMIENTO:
Para muchas parejas la rutina se convierte en el asesino
de la vida sexual.
• Es responsabilidad del hombre y la mujer idear formas de sorprender a la pareja, hacer cosas diferentes. La doctora Santiago recomienda a todos sus pacientes sacar el televisor del cuarto y convertir ese espacio en un lugar íntimo, propicio para el romance y la intimidad.
DEPRESIÓN:
Es uno de los trastornos que llevan a la falta de deseo sexual
y a una total apatía respecto al sexo.
• El estado mental incide en el interés hacia el sexo. Si atraviesas una situación difícil, busca ayuda profesional y explícale a tu pareja lo que te ocurre, de manera que te sirva de apoyo en lugar de resentirse, lo que complicaría
el problema. Cultiva una actitud mental positiva y cuida tu autoestima.

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