martes, 2 de junio de 2009

Confirman que escombros en el mar son de avion de Air France

Confirman que escombros en el mar son de avión de Air France

Al momento no se han detectado cadáveres aunque se presume perecieron todos los ocupantes



FERNANDO DE NORONHA, Brasil - Un grupo de escombros hallados en una extensión de cinco kilómetros (tres millas) en el Océano Atlántico confirman que un jet de Air France con 228 personas a bordo se estrelló en el mar, dijo el ministro de Defensa brasileño Nelson Jobim.
Jobin indicó esta tarde que el descubrimiento de los restos efectuado por pilotos militares brasileños “confirma que el avión cayó en esa área”, a cientos de kilómetros del archipiélago Fernando de Noronha.




El funcionario indicó que los restos hallados incluyen piezas metálicas y no metálicas, pero no las describió en detalle. No se detectaron cadáveres del choque de un Airbus en el que se cree perecieron todos los que iban a bordo.
El hallazgo se produjo apenas horas después que las autoridades anunciaron que habían encontrado el asiento de un avión, una boya anaranjada e indicios de combustible en una región del Atlántico con profundidades de hasta 4.8 kilómetros (tres millas).
La armada brasileña anunció que tres buques mercantes se unieron a la búsqueda en la zona y el gobierno francés dijo que enviará un barco capaz de realizar exploraciones en aguas profundas.
Por su parte, Estados Unidos avisó de que un avión espía abandonaría su operación antinarcóticos para unirse a la búsqueda.
Los pilotos vislumbraron dos áreas con objetos flotantes — pero sin señales de vida — separadas por unos 60 kilómetros (35 millas). El hallazgo fue realizado unas 36 horas después de que el avión desapareciera.
Las profundidades del mar varían de forma dramática en las zonas en las que se descubrieron los restos, aseguran los expertos. Funcionarios militares brasileños se negaron a ofrecer las coordinadas precisas.
Dos de los barcos comerciales que se unieron a la búsqueda por la mañana llegaron a la zona donde se descubrieron los objetos, dijo una vocera de la marina.
Un avión militar estadounidense P-3C arribó a Brasil el martes desde El Salvador con una tripulación de 21 personas para empezar a recorrer la zona por la tarde, anunciaron funcionarios estadounidenses. El avión puede sobrevolar a un nivel muy bajo sobre el océano durante unas 12 horas seguidas y tiene un radar y sonar diseñados para rastrear a submarinos debajo del agua.
El jet Airbus A330, de cuatro años de antigüedad, partió de Río de Janeiro el domingo en la noche con 216 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, dijo la vocera de la compañía Brigitte Barrand. Llevaba 61 ciudadanos franceses, 58 brasileños, 26 alemanes, nueve chinos y nueve italianos. También había ciudadanos de otros 27 países, entre ellos dos estadounidenses, dos españoles y un argentino.
Si no se encuentran supervivientes, éste será el peor desastre aéreo de aviación civil desde el choque, en noviembre del 2001, de un jet de American Airlines en el condado de Queens, en Nueva York, en el que murieron 265 personas.
Entre los pasajeros había 126 hombres, 82 mujeres, siete niños y un bebé.
El avión viajaba en forma normal a unos 10.670 metros de altura (35.000 pies) y una velocidad de 840 kilómetros (522 millas) por hora hasta que, cuatro horas tras el despegue, desapareció. Al momento en que dejó la zona cubierta por el radar, más allá del archipiélago de Fernando de Noronha, a las 10.48 hora local, no había reportado incidentes.
Los investigadores a ambos lados del océano intentan descubrir las causas, que pudieran ser viento y granizo de una masa de cúmulos, rayos o una combinación de hechos extraordinarios.
La tripulación no realizó ninguna llamada de emergencia antes del choque pero el sistema automático del aparato envió un mensaje justo antes de que el avión desapareciera. El mensaje informaba sobre pérdidas de presión en la cabina y un fallo eléctrico.
La cabina del piloto y la caja negra del aparato podrían estar a cientos de metros bajo el mar.
El ministro de transportes francés Jean-Louis Borloo dijo que la probabilidad de hallar sobrevivientes “es muy, muy pequeña, incluso inexistente”, acotó.

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