miércoles, 12 de agosto de 2009
Pornografo pederasta ' en paz' con sus crimenes
Pornógrafo pederasta ‘en paz’ con sus crímenes
Escuchó sin pestañear su sentencia de 120 años de cárcel
Por peludencia.blogspot.com
Un sicópata fue sentenciado a 120 años de cárcel hoy por producir una enorme cantidad de pornografía infantil que registró sus ataques sexuales contra una docena de menores incluso menores en el cuido diurno de su novia.
La Oficina federal de Investigaciones (FBI) ocupó a John Jackey Worman más de un millón de imágenes de pornografía infantil cuando fue arrestado en las afueras de Filadelfia en 2007.
Worman hacía que las niñas bajo su cuidado realizaran actos sexuales a cambio de dinero para comprar meriendas, y durante años obligó al hijo de su novia a dormir encerrado en una jaula de madera en un sucio sótano.
Una adolescente que fue abusada durante varios años destapó la caja de Pandora al denunciar su calvario a las autoridades, luego de que viera un episodio de la serie televisiva Law & Order sobre el abuso sexual infantil. Sólo entonces fue que ella cayó en cuenta por lo que había pasado, dijo la fiscal federal Michelle Rotella.
El juez a cargo de la sentencia describió a Worman, de 42 años, como un sicópata que vivía de las mujeres y forzaba con sadismo a sus jóvenes víctimas.
El juez encontró que Worman no sufría enfermedad mental alguna ni trauma de la niñez que pudiera explicar sus crímenes. Las pruebas siquiátricas administradas a Warmon revelaron que sólo era un pederasta con trastorno de personalidad antisocial.
La madre de uno de los infantes abusados testificó en la vista de sentencia que ahora ella era sobreprotectora y ansiosa por culpa de lo que le sucedió a su hija, quien no recuerda el abuso debido a su tierna edad. Pero la madre no lo puede olvidar.
“¿Qué pasaba por tu cabeza cuando estabas abusando de mi niña? ¿Te causaba gracia cuando yo salía (del centro de cuido infantil) cada día?”, preguntó a Worman en sala, quien se mantuvo impávido, con la vista fija hacia el frente.
Worman dijo a los médicos de la prisión que no sentía remordimiento alguno.
“Estoy totalmente en paz con todo lo que he hecho”, dijo al personal de la prisión, según el juez federal de distrito, Lawrence F. Stenger.
El convicto rechazó hacer declaraciones antes de escuchar su sentencia.
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