lunes, 21 de septiembre de 2009

Salud / Las mujeres tienen menos tolerancia hacia el dolor



Las mujeres tienen menos tolerancia hacia el dolor que los hombres
Dos personas con la misma enfermedad sienten el dolor de manera distinta, pero la diferencia se acentúa entre hombres y mujeres

De acuerdo con un estudio de la Universidad de Georgia (Atlanta, Estados Unidos), ellas tienen una menor tolerancia al dolor. Esto se debe a que los circuitos cerebrales responden de manera distinta de un sexo a otro.

Sandra Flórez, doctora especialista en dolor, explica que cuando el estímulo doloroso se produce, los hombres tienen más circuitos en el sistema nervioso para inhibirlo.

En las mujeres, los circuitos dolorosos están más relacionados con las emociones, con su historia dolorosa y con los afectos. En ese orden de ideas, su tratamiento debería ser distinto. Y en eso generalmente se falla.

Aunque, en general, los dolores que más afectan a las personas son el de espalda, el de cabeza, el de músculos y el de articulaciones, en ellas hay que sumar una serie de molestias específicas.

Los agudos más frecuentes

Entre los dolores agudos más comunes están:

Cólico menstrual o dismenorrea: Es el relacionado con los cambios hormonales y está muy ligado a los periodos menstruales.

Torción de las trompas: Las trompas uterinas se enrollan sobre sí mismas; es una urgencia quirúrgica.

Enfermedad pélvica inflamatoria: Se trata de un proceso infeccioso que compromete principalmente al útero y los órganos anexos.

Dolor del parto: Es generado por las contracciones específicas del músculo uterino durante la expulsión del niño.

Endometriosis: Es un dolor causado por el efecto hormonal sobre el tejido uterino que crece por fuera del útero, afectando otras estructuras y órganos.

Los crónicos más frecuentes

Entre estos están:

Dispareunia: Es el dolor producido por las relaciones sexuales.

Vulvodinia: Es el dolor causado en la vulva, por múltiples factores; en algunos casos es incapacitante.

Artritis y artrosis: Estos males son más comunes y dolorosos en las mujeres.

La tendinitis (inflamación de los tendones), la bursitis (inflamación de las bursas o bolsas que acompañan las articulaciones) y los dolores musculares generalizados (el de espalda, principalmente) también son dolores que afectan con mayor frecuencia a las mujeres.

Un capítulo aparte merece el dolor de cabeza y, en particular, la migraña.

No sólo es más frecuente en ellas sino que también presentan más dificultades en su tratamiento, lo que genera una tendencia a convertirse en una dolencia crónica.

Aunque los anteriores son dolores específicos en las mujeres, el dolor después de procedimientos quirúrgicos invasivos también es más severo en las mujeres que en los hombres.

Lo mismo ocurre con el dolor causado por el cáncer, que en diferentes estudio ha mostrado tener mayor frecuencia en ellas.

Los hombres les creen menos cuando se quejan

Un estudio de la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor encontró que la mayoría de los hombres no les creen a las mujeres cuando dicen tener dolor. Otra investigación de la Asociación Española para el Estudio del Dolor concluyó que estas reciben menos analgésicos que ellos para controlar sus dolencias.

"Aunque las mujeres, además, tienen más componentes emocionales ligados a su dolor, nunca reciben tratamiento para estos factores. Todo junto hace que el dolor femenino esté prácticamente subtratado en las mujeres; eso explicaría, en parte, el hecho de que sean ellas las que menos consulten por esta causa y las que más se automedican", dice Sandra Flórez. Tales diferencias exigen que se privilegie la atención del dolor femenino a partir de tres bases fundamentales:

1. Que el dolor del hombre y de la mujer es completamente distinto; no puede ni debe tratarse de la misma forma.
2. Su manejo debe ser asumido por un equipo interdisciplinario, del que hagan parte especialistas en dolor.
3. El tratamiento debe considerar no sólo los aspectos físicos y emocionales, sino también los factores laborales, sociales y familiares de las mujeres.

Con información de la Federación Latinoamericana para el Estudio del Dolor, FEDELAT.

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