jueves, 24 de septiembre de 2009
Azotadas por el cao las calles de Honduras
Azotadas por el caos las calles de Honduras
Se instala el hambre en el país; ya hay una persona muerta
Saqueos y violencia son la orden del día en el barrio popular de Tegucigalpa El Pedregal, a raíz del retorno al país del depuesto presidente Manuel Zelaya.
Por Jose Concepcion
TEGUCIGALPA — La convulsión aumentó en esta ciudad con una serie de saqueos y actos vandálicos registrados, algunos en plena vigencia del toque de queda impuesto por el retorno del presidente derrocado Manuel Zelaya, quien desde su refugio en la embajada de Brasil denunció intentos para asesinarlo.
La Policía informó que un hombre que resultó herido el martes en los disturbios que se registraron en Tegucigalpa murió ayer. Oficialmente se trata de la primera víctima mortal registrada en Honduras después de la llegada de Zelaya, quien anoche decía tener información, no confirmada, de la existencia de seis muertos.
El gobierno de facto suspendió temporalmente el toque de queda que decretó desde que el lunes en la tarde se supo que Zelaya se encontraba en la capital hondureña, a pesar del cual hubo ciudadanos que se congregaron para enfrentarse con las fuerzas de seguridad y causar destrozos.
El Pedregal, el barrio objeto de los últimos saqueos, lucía como una zona de guerra, con barricadas que impedían el tránsito y donde los periodistas solo pudieron ingresar en grupo.
“Esto va a seguir, nadie lo puede parar, la gente tiene hambre y tenemos que buscar la comida donde sea”, dijo a la AP Alberto Arce Cabrera, un pintor de 43 años, quien justificó su participación en los saqueos porque “tengo que buscar comida para mis tres hijos”.
“Aquí apoyamos a Zelaya y los golpistas no van a poder pararnos, tenemos pecho para parar sus balas”, agregó el hombre, acompañado de un grupo de jóvenes. “Aquí no entra la policía y cuando lo hacen sólo se van de paso”.
Zelaya denunció que el gobierno de facto está “bombardeando (la embajada brasileña) con químicos y con señales electrónicas de alta frecuencia que nos están afectando la salud a todos”. Dijo que dentro del recinto hay unas 100 personas.
En la víspera “decían que iban a asaltarnos en la embajada y que iban a declarar un suicidio de mi parte. Yo denuncio ante la comunidad internacional que José Manuel Zelaya Rosales no se está suicidando”, añadió el mandatario derrocado en una entrevista telefónica con la televisora por cable argentina Todo Noticias.
En El Pedregal, al sur de la ciudad, cientos de personas arrasaron entre la noche del martes y la madrugada de ayer dos supermercados, una venta de electrodomésticos, un banco y una distribuidora de teléfonos celulares.
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