martes, 5 de enero de 2010
sandro de america A otro escenario el " gitano "
sandro de américa
A otro escenario el “Gitano”
El cantautor argentino no sobrevivió al trasplante de corazón y pulmones.
Por servicios combinados
¿Quién le cantará a “Rosa, Rosa” que es “tan maravillosa, como blanca diosa, como flor hermosa”?
Es que anoche se apagó la voz de su gran amor, el cantautor argentino Sandro, quien durante décadas no sólo enloqueció a “Rosa” sino a millones de admiradoras alrededor del mundo, a las que conquistó con sus interpretaciones siempre acompañadas por sus sensuales movimientos de pelvis.
Sandro tenía 64 años cuando abandonó este mundo en el Hospital Italiano de la ciudad de Mendoza, informó el médico Claudio Burgos.
El empedernido fumador, falleció por complicaciones tras haberse sometido a un trasplante de corazón y pulmón.
El cantante padecía de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, por la que pasó meses hospitalizado a esperas de los órganos.
El 20 de noviembre se realizó la cirugía en Mendoza, pero lamentablemente lo que fue su única esperanza fracasó.
Anoche, su hoy viuda, María Olga Garaventa, evaluaba si lo velarán en el Luna Park o el Congreso argentino. El cantautor no tuvo hijos.
Mientras tanto, escenas de dolor se vivieron en Beruti y Pavón, frente a la casa de Sandro. El diario argentino “La Nación” reportó que apenas conocida la noticia de su muerte, la gran cantidad de fans del Gitano reunida en la puerta de la “fortaleza” comenzó a rezar por el cantante y a dejar fotos y ofrendas florales.
Las mujeres enjugaban sus lágrimas causadas por el dolor de haber perdido al “Hombre de la Rosa” y otros rostros reflejaban la tristeza del ídolo que se fue.
El Elvis latino
Durante toda su carrera el cantante, primer latinoamericano en presentarse en el Madison Square Garden de Nueva York, vendió 8 millones de discos. “Como lo hice yo”, “Quiero llenarme de ti” y “Rosa, Rosa” fueron algunos de sus éxitos.
Sandro, cuyo verdadero nombre era Roberto Sánchez, nació el 19 de agosto de 1945 en Buenos Aires pero pasó toda su infancia en Valentín Alsina, un suburbio al sur de la capital.
Cuando tenía 13 años su antigua escuela primaria organizó un acto escolar y, a sabiendas de que a “Robertito”, como lo llamaban, le gustaban las imitaciones musicales y era fanático de Elvis Presley lo invitaron a participar. Aquella sería su primera gran actuación.
A partir de entonces comenzó a tocar la guitarra con Enrique Irigoytía, otro muchacho de su barrio con quien formó varios conjuntos de rock: Los Caribes, el Trío Azul y Los Caniches de Oklahoma, con los que tocaban versiones en español de éxitos de Presley, Jerry Lee Lewis y Paul Anka. Pero no fue sino hasta el nacimiento de Los de Fuego que conocieron la fama.
Sánchez no era el cantante sino el guitarrista. En una de las presentaciones el vocalista se quedó sin voz y se rompieron las cuerdas de la guitarra de otro de los integrantes, por lo que él cedió la suya y ya sin instrumento se dedicó a cantar y bailar al ritmo del rock.
El público deliró y su representante tomó una decisión trascendente: Sánchez pasaría a ser el cantante y adoptaría el nombre de Sandro, aquel que su madre había querido ponerle al nacer y que el Registro Civil no permitió. El grupo se llamaría Sandro y Los de Fuego.
En 1964 el conjunto debutó en televisión en el programa “Sábados circulares”, uno de los más vistos del país, y Sandro y Los de Fuego cautivaron a la platea y escandalizaron a las madres de las jovencitas que gritaban al verlos tocar.
El conjunto de rock, con un sensual cantante vestido de cuero negro que meneaba la pelvis y terminaba tirándose por el suelo, fue considerado “obsceno y pornográfico” por algunas ligas de madres y el canal decidió suspender sus actuaciones.
Sin embargo, Nicolás “Pipo” Mancera, productor y conductor del programa, amenazó con abandonar el show si no dejaban tocar a Sandro y Los de Fuego.
El estilo sensual e irreverente del cantante tuvo un efecto arrasador en las jovencitas. Las fanáticas de Sandro -sus “nenas”, como él las llamaba- se jalaban el cabello y gritaban mientras arrojaban su ropa interior al escenario.
Su vigencia a lo largo de más de 40 años y la fidelidad de sus seguidoras fueron los sellos distintivos de su trayectoria.
Sandro y Los de Fuego editaron dos álbumes en tres años y después se separaron.
En 1967, ya como solista, Sandro participó del Primer Festival Buenos Aires de la Canción. En lugar de canciones de rock, presentó un repertorio melódico y estrenó el tema “Quiero llenarme de ti”, uno de sus clásicos, virando al género romántico.
Dos años después protagonizó su primera película, también titulada “Quiero llenarme de ti”, y después “La vida continúa”, un éxito en Argentina y en buena parte de América Latina. Comenzó entonces a ganarse el mote de “Sandro de América”. También se le conoció con el apodo de “Gitano”, en alusión al origen romaní de su abuelo.
En 1972 cantó por primera vez en el estadio Luna Park de Buenos Aires, donde nunca antes se había presentado un artista argentino.
“Fue sin querer”
Una década más tarde firmó contrato en Puerto Rico para protagonizar la telenovela “Fue sin querer”, de gran éxito también entre los latinos de Estados Unidos. El artista interpretaba el tema principal del drama.
En 2001 se vio obligado a realizar una serie de shows asistido por un tubo adherido al micrófono por el que le suministraban oxígeno para paliar los efectos de un enfisema pulmonar que lo aquejaba desde hacía tiempo.
En 2005 recibió el Latin Grammy a la Trayectoria y en 2007 trabajó con Ricardo Arjona en la canción “Realmente no estoy tan solo”.
El año pasado, Sandro ingresó a una lista de espera para recibir un trasplante de corazón y pulmones, única alternativa para salvarlo de la enfermedad que ya había destruido sus cuerdas vocales y quitado movilidad a su cuerpo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario