sábado, 25 de abril de 2009

Noti-Farandula / El encanto de Bocelli










El encanto de Bocelli
El tenor italiano entregó un recital que unió ópera y canciones populares junto a la puertorriqueña Ana María Martínez


“La música es una necesidad primordial para mí, así como el amor”. Con estas palabras dichas en italiano y traducidas en una pantalla desplegada en el escenario, el tenor italiano Andrea Bocelli saludó a las aproximadamente 13 mil personas que disfrutaron su concierto el jueves en el Coliseo José Miguel Agrelot.
En su segunda visita a la Isla, este toscano de 50 años presentó algunas canciones de su último álbum, “Incanto”, que recoge sobre todo temas napolitanos. Junto a él estuvo la exitosa soprano puertorriqueña Ana María Martínez, quien lo ha acompañado en conciertos similares por el mundo, el barítono italiano Gianfranco Montresor, el flautista Andrea Griminelli, todos bajo la batuta del director Eugene Kohn.
La primera parte estuvo dedicada a la ópera con pasajes de Rigoletto, “Tosca”, “Madama Butterfly”, “Cavalleria Rusticana”, “La Traviata” y “Los pescadores de perlas”.
Si bien hubo momentos de notable desempeño en esta parte, el público no pareció apreciarlos del todo pues no logró encenderse, salvo con la archiconocida ‘La donna è mobile’, que desde los primeros acordes arrancó fuertes aplausos y además le permitió a Bocelli mostrar lo suyo: encumbrarse en las notas agudas, articular un fraseo elegante con buen uso de legato (cantar ligado) y desplegar ese color de voz cálido y arrullador que lo ha hecho famoso en todo el mundo.


Tal vez el problema de este tipo de conciertos en grandes recintos es que si se incluyen muchos pasajes de ópera, la gente no logra enganchar porque espera escuchar las canciones más populares y a la vez tampoco se deja contento a los puristas del canto lírico, puesto que se suelen hacer concesiones a la partitura en pos del gusto masivo.
Es lo que ocurrió, por ejemplo, con ‘Viene la sera’, el hermoso dueto final del primer acto de “Madama Butterfly”, donde Bocellli y Martínez tuvieron un convincente desempeño, pero Kohn acortó el pasaje orquestal final luego que la soprano y tenor se empinan al re sobreagudo que marca el climax del dueto.
El ‘Te Deum’, de la ópera “Tosca”, cantado por el barítono Gianfranco Montresor con el vigor y la robustez necesarias y con un notable desempeño del coro, fue un punto alto de la noche, pero no tuvo una cálida recepción de la audiencia. Este barítono suele acompañar a Bocelli en sus recitales y el jueves cantaron el dueto de “Los pescadores de Perlas”, de Georges Bizet, rol que por cierto, le sienta muy bien a la voz de Bocelli.
La segunda parte estuvo dedicada básicamente al álbum “Incanto”, del cual cantó cinco canciones. ‘Voglio vivere così’ fue la primera y le siguieron otros dos temas napolitanos. Es en este repertorio donde la voz del tenor se siente a sus anchas, donde se luce más su bello instrumento y donde definitivamente logra cautivar a la gente. Sobre todo con la poco elegante tendencia estilística del tenor de alargar las notas al final.
Ese despliegue de italianismo se complementó con imágenes de Sophia Loren y Gina Lollobrigida junto a sus hijos en imágenes de los años 50 y 60, cuando cantó la sentida canción ‘Mamma’, del compositor Cesare Bixio.
Por la misma pantalla desfilaron también el actor Marcello Mastroianni y tenores del pasado como Giuseppe Di Stefano y Beniamino Gigli.
Pero tal vez el momento más emotivo de la noche corrió por cuenta de Ana María Martínez, cuando cantó el que es considerado el segundo himno de Puerto Rico: ‘Preciosa’. Bastaron los primeros versos para que la multitud irrumpiera en vítores y más tarde, ante el llamado de la soprano a que entonaran la canción, éste se plegó en un coro de miles de voces para cantar la composición de Rafael Hernández. La interpretación fue coronada con una ovación de pie, la primera de la noche. La otra se produjo cuando terminó el espectáculo.

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