miércoles, 8 de junio de 2011

La sanción a PDVSA y la diplomacia estadounidense

La sanción a PDVSA y la diplomacia estadounidense


Si algo caracteriza la política internacional de los Estados Unidos es su continuidad. La misma tiene, como fuente de sustentación, los principios establecidos en la "doctrina Monroe" y el "destino manifiesto". Por ello, no debe producir ninguna extrañeza la actuación del gobierno de Barak Obama contra la Patria de Simón Bolívar.


Los venezolanos salieron a las calles a defender su soberanía ante la agresión imperialista.

Al igual que su antecesor, George Bush, el actual mandatario del imperio se ha planteado como norte impedir la consolidación de nuestra patria, como una nación libre y soberana. Es verdad que nuestra inmensa riqueza petrolera es la causa principal de tal propósito. Pero no la única.

Los venezolanos debemos tener presente que la diplomacia estadounidense ha venido planteando, desde la Asamblea General de la OEA, realizada en Guatemala, en el año 1999, la tesis de adoptar la "diplomacia preventiva", para reforzar las políticas vigentes en el hemisferio en el campo de la defensa de la democracia. Violan y manipulan el sentido que Naciones Unidas le confiere a dicho término.

Para ellos, la "diplomacia preventiva" es una "intervención temprana" en los asuntos domésticos de los estados. Recuérdese que George Bush, en su primer mandato, puso en ejecución lo que llamo "política de seguridad nacional", la cual estipula, entre sus principios fundamentales, el concepto de "ataque preventivo".

La exsecretaria de Estado Condolezza Rice es coautora de dicho concepto. Forma parte de los "halcones", grupo amante de la guerra, desestabilizador, propulsor y ejecutor de golpes de Estado, hematófagos, entre cuyos líderes más sobresalientes están George Bush, padre e hijo; el exvicepresidente Richard "Dick" Cheney y el exsecretario de Defensa Donald Rumsfeld. Grupo que cuenta, para la ejecución de su política intervencionista en Latinoamérica, con Roger Noriega, Otto Reich y John Negroponte y, de manera particular, con sectores de la oposición golpista de Venezuela.

El "ataque preventivo", es —pues— una doctrina político-militar, a partir de la cual se pretende justificar la intervención militar de los Estados Unidos contra cualquier otro país. Ella sirvió de fundamento para las invasiones de Afganistán e Iraq; ella está siendo utilizada como justificación para la invasión estadounidense y sus aliados, contra el pueblo Libio.

En el marco de dicha doctrina político-militar, los venezolanos tenemos que ubicar la reciente sanción que el gobierno de Barak Obama le ha impuesto a PDVSA.

¡Cuánta importancia tiene la memoria de la historia de los pueblos, sea esta reciente o del pasado. Cuánta importancia tiene el recuerdo!

Algunos latinoamericanos decían que para los gobiernos republicanos de los Estados Unidos, nuestra región no tenía importancia; ya que, su gran preocupación era sólo el Medio Oriente.

Otros apreciaban esta falsa afirmación con nostalgia, añoraban el retorno de los demócratas al poder en el imperio.

Ambos olvidan que a partir de la designación de Condolezza Rice, como secretaria de Estado, y hasta el presente, la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina se ha hecho más dura, más agresiva, más radical, más intransigente, más unilateral. Porque su visión del mundo y, en particular de América Latina, es más neo-conservadora, es más hegemónica. Es más imperial.

Por eso, los venezolanos amantes de los valores éticos y morales heredados de nuestros Padres Libertadores, amantes de nuestra libertad, debemos tener claro que lo que está detrás de esta sanción contra PDVSA: es la pretensión del imperio de mancillar nuestra soberanía y nuestra dignidad de pueblo.

Revísese la política internacional de los dos años que lleva Barak Obama al frente de la administración norteamericana y se constatará que en nada se diferencia a la ejecutada, durante ocho años, por George Bush. (Tomado de la tercerainformación.es)

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