miércoles, 29 de junio de 2011

Consternación por asesinato de niño en Canóvanas





Consternación por asesinato de niño en Canóvanas
Jeremy, de 11 años, fue baleado junto a otros dos menores


Con un temple impresionante Raymond Machicote contaba ayer los últimos instantes luego de que su hijo Jeremy, de once años, fuera baleado.


Canóvanas - Ese mítico “código de ética” que supuestamente existe entre los gatilleros del país se echó a un lado ayer en la madrugada cuando sicarios abrieron fuego contra un grupo de personas, entre los que se encontraban varios niños.

Dos resultaron heridos y uno murió en el hospital.

“Son ángeles. Son niños. Cuando son adultos pues dices: ‘le tocó’. Pero cuando son niños te sacude la vida”, decía ayer en la mañana Ivonne Machicote, tía de Jeremy Machicote, un niño de 11 años que murió de disparos recibidos en el costado.

“Él me dijo: ‘¡Pa!’ Me hablaba con los ojos. Suspiró cuatro veces y murió con una sonrisa”, contó por su parte el padre, Raymond Machicote Hiraldo.

El hombre, demostrando una enorme fortaleza de espíritu, contó que su hijo era fanático del reguetón, que siempre sonreía y le encantaba componer “líricas” que cantaba con una hermana adolescente.

“Todo fue bien rápido. Yo cogí al nene de ocho años y me fui pa'l monte”, contó el hombre.

Ayer en la tarde la división completa de homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Carolina estaba destacada en este caso y tras el rastro de una guagua color gris que fue vista al tope de una cuesta y desde donde , según testigos, abrieron fuego contra la residencia.

El ataque ocurrió a la 1:20 a.m.

Fueron al cine a ver ‘cars’

Varios menores, entre los que se encontraba Jeremy, acudieron con sus padres a la tanda de medianoche al cine del centro comercial Los Colobos a ver la película ‘Cars’. Al llegar a la residencia de la calle 2 los niños se quedaron afuera y una lluvia de balas cayó sobre ellos detonadas con rifles AK-47, AR-15 y pistola .40.

Allí yacía intacta una bolsa de popcorn comprada en el cine.

Jeremy murió en el hospital de la UPR en Carolina y hasta allí llegó también su hermano materno Héctor Mulero, de 17 años, con una herida de bala en el tobillo. El niño Gabriel Sánchez, primo de las otras dos víctimas, llegó en condición crítica al Centro Médico de Río Piedras.

Allí el doctor Ernesto Torres explicó que una bala le entró al niño de cinco años por el costado izquierdo y le perforó el estómago. Otra bala entró por la pierna izquierda. Pudo ser operado y se encuentra en condición estable.

Sánchez se encuentra en Puerto Rico de visita con sus padres y hermanos, quienes viven en la ciudad de Orlando, Florida, Su padre, Gabriel Sánchez López, tuvo un caso por violar la ley de armas en 1997, pero según su tía, Ivonne Machicote, el hombre “cambió la calle por la iglesia”.

De hecho predicó hace unos días en una iglesia cercana al lugar de los hechos.

“El pasado es algo que no podemos borrar, pero no lo podemos mezclar con el hoy. Gabriel no tuvo problemas en la calle. Fue un chico normal. Hace cuatro o cinco años se había convertido al Señor... no encontramos explicación. No tenía problema por ahí Y si hubiese sido así los que lo hicieron lo debieron haber buscado a él”, dijo la mujer.

La Policía también investigaba si el ataque pudo haber sido dirigido al joven herido, Héctor Mulero.

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