lunes, 1 de noviembre de 2010
Mueren 46 rehenes y siete policias en ataque a una Iglesia en Bagdad
Mueren 46 rehenes y siete policías en el ataque a una iglesia en Bagdad
Una misa en una iglesia de Bagdad terminó en un baño de sangre el domingo por la noche cuando un grupo de Al Qaida penetró en la catedral siríaca católica, matando a 46 fieles, en mayoría mujeres y niños, mientras siete policías y cinco insurgentes murieron en el asalto que siguió.
Este ataque, cometido la víspera del Día de Todos los Santos, es uno de los más mortíferos dirigidos contra los cristianos en Irak y podría acelerar el éxodo de los miembros de esta comunidad cuyo número descendió de 800.000 a 500.000 desde la invasión liderada por Estados Unidos de 2003.
Fue reivindicado por un grupo de Al Qaida que dio un ultimátum de 48 horas a la iglesia copta de Egipto para liberar a musulmanes "encarcelados en monasterios" de este país, según el centro estadounidense de vigilancia de sitios islamistas (SITE).
Desde el Vaticano, tras el rezo del ángelus en la Plaza de San Pedro, el papa Benedicto XVI condenó la "violencia absurda y feroz" contra "personas indefensas".
Por su parte, el primer ministro saliente de Irak, Nuri Al Maliki, denunció "un crimen cobarde" y afirmó que "Al Qaida y los residuos del ex régimen (de Sadam Husein) buscan la desestabilización, reavivar los conflictos confesionales e incitar a los iraquíes a quitar su país".
Luego de Roma y París el domingo por la noche, Rusia y Jordania condenaron este lunes el ataque, así como el Consejo Mundial de Iglesias que denunció "un acto criminal de terror" y llamó a las autoridades iraquíes a juzgar a los culpables.
"Hubo 46 muertos, sobre todo mujeres y niños, y 60 heridos, una veintena de ellos de gravedad", indicó una fuente del ministerio del Interior iraquí.
En el asalto, siete miembros de los servicios de seguridad murieron y otros 15 resultaron heridos.
En cuanto a los asaltantes, tres de ellos murieron en el asalto y dos se suicidaron al detonar su cinturón explosivo. Otros ocho sospechosos fueron detenidos, según la misma fuente.
Unas horas antes, Monseñor Pios Kasha, vicario episcopal siríaco católico de Bagdad, habló de 42 muertos, entre ellos dos sacerdotes, y 25 heridos. Añadió que menos de 80 personas asistían a la misa.
"Me invade un inmenso sentimiento de tristeza. ¿Qué se puede decir? Es inhumano, incluso los animales no se comportan así entre ellos", declaró a la AFP el obispo caldeo de Bagdad, Shlimun Wardumi.
La Catedral Sayidat al Najat (Nuestra Señora del Perpetuo Socorro), en pleno centro de Bagdad, se asemejaba el lunes a un campo de batalla, constató la AFP. El suelo y las paredes estaban manchados de sangre y acribillados por las balas. Se podían ver trozos de sillas, los pupitres estaban destrozados o volcados y el sitio lleno de pedazos de vidrio.
"Han matado a inocentes que rezaban. Quieren que nos vayamos. ¿Y qué hace el gobierno? Absolutamente nada", deploró Kasha.
"Todo el mundo va a irse. Esperan que acabe el colegio y se irán", añadió. No quedan más que 20.000 siríacos católicos en Irak contra 60.000 antes de 2003.
"Como cada domingo, la misa empezó sobre las 17H00 locales (14H00 GMT). Un cuarto de hora después, oímos explosiones y armas automáticas, y los terroristas penetraron por la puerta principal en la iglesia", explicó Basam Sami Yusef, de 21 años, sobreviviente de la matanza.
"El padre Athir interrumpió su sermón, y el padre Wassim trató de meter en una pieza a una cincuentena de fieles incluido yo. Luego trató de parlamentar con las asaltantes pero estos le mataron de inmediato, así como al padre Athir", añadió.
Los asaltantes iban armados con Kalashnikovs, granadas y cinturones de explosivos y abrieron fuego enseguida, añadió el testigo.
El mando de operaciones de Bagdad, citado por la televisión oficial, anunció el lunes la detención de dos empleados de la cadena Bagdadiya que recibieron una comunicación durante la cual los asaltantes detallaron sus reivindicaciones.
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