Existe la creencia de que en el momento en que uno está al borde del abismo se experimenta una introspección que el resto de las personas no tiene.
Es por ello que si bien con el paso del tiempo los métodos para ejecutar las penas de muerte en Estados Unidos han cambiado, hay una tradición que se mantiene vigente: las últimas palabras.
Un requisito legal, y una oportunidad, para que la persona diga lo que desee cuando está a minutos de desaparecer.
Derecho que ha permitido vislumbrar lo que puede pasar por la mente de los condenados antes de ser ejecutados
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