POR PELU-
Trajes en tonos dramáticos de rojo, enormes abrigos de piel entre la audiencia: en los desfiles del lunes de la alta costura de París los multimillonarios desafiaron a la crisis económica mundial con su estilo extravagante.
ís los multimillonarios desafiaron a la crisis económica mundial con su estilo extravagante.
Los lujosos ejecutivos de las casas de moda tienen que recortar gastos y empleos debido a la caída en las ventas, pero el mensaje de nueva modestia aún debe alcanzar a la multitud del jet set, que admira los vestidos de Dior en amarillo y azul pálido de estrechas cinturas y los trajes entallados de Armani Prive.
Los diseñadores deben cumplir con un estricto código de criterios para ingresar al exclusivo club de la alta costura, que hace poco admitió a un décimo segundo miembro: Stephane Rolland.
"La alta costura es única", dijo Ellen Olivier de Vezin, una ex ejecutiva de relaciones públicas que viajó desde California para ver el desfile de Rolland, con creaciones en diseños geométricos y vestidos en rojo, blanco y negro.
"Las habilidades que se ven en la alta costura están desapareciendo y es un privilegio comprar esta ropa", agregó.
Los pocos afortunados que pudieron sentarse en primera fila durante el desfile de Dior adoraron la alta calidad de las telas y las delicadas creaciones.
Adornando el patio interior adoquinado del Museo Rodin, donde se realizó el espectáculo de moda, la colección desafió la desaceleración mundial con grandes peinados, enormes abrigos de piel y gigantescos lentes de sol.
"A veces me sorprendo, tú escuchas que hay una crisis pero aún ves a gente comprando", dijo una clienta jordana de Dior, mientras hacía fila para ingresar al museo.
"Cuando quieres algo exclusivo, tienes que ir a la alta costura. Mi hija se casará y quiere un vestido hecho especialmente para ella, y para mí, y mis hermanas y mi familia", afirmó la clienta, quien no quiso ser mencionada.
Sin embargo, había menos modelos que lo habitual en el espectáculo, una señal de que incluso las mejores casas de diseño, donde los vestidos fácilmente pueden valer 39.000 dólares, quizás están sintiendo la crisis económica.
Las marcas de lujo tienden a perder dinero o quebrar incluso con sus colecciones de alta costura. Pero los desfiles preparados para las celebridades y los trajes de gala generan emoción y la esperada publicidad para productos algo menos costosos, como los perfumes y accesorios.
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