viernes, 25 de septiembre de 2009

Impera la tension en Tegucigalpa



Impera la tensión en Tegucigalpa
Zelaya dice que no habrá calma en tanto él siga en la embajada de Brasil



Un partidario del presidente de facto Roberto Micheletti muestra su repudio a la alianza de Hugo Chávez con Manuel Zelaya.


Por peludencia,blogspot.com
TEGUCIGALPA — Con un vasto despliegue de militares y policías en las calles para vigilar nuevas manifestaciones, Honduras intentaba ayer recuperar la normalidad tras levantarse el toque de queda vigente desde la llegada del presidente depuesto Manuel Zelaya a la capital el lunes.

Zelaya declaró a la radio Globo que “el país no volverá a la calma mientras su presidente esté encerrado” y reiteró sus temores de que las autoridades de facto planeen matarlo.

Luego de tres días de toque de queda, disturbios y saqueos a negocios, el gobierno de facto de Honduras pidió a la población volver a sus actividades rutinarias y ofreció mantener el orden.

Sin embargo, el Frente de Resistencia al Golpe de Estado y grupos afines al gobierno encabezado por Roberto Micheletti realizaron manifestaciones.

“Aquí estamos en las calles y siempre estaremos hasta que Zelaya vuelva al poder”, dijo a la AP el líder del Frente Rafael Alegría, que junto a miles de seguidores caminó por numerosos barrios de la ciudad. Después, los zelayistas recorrieron en caravana de automóviles otros lugares populosos de Tegucigalpa, sin que de momento se reportaran desórdenes.

Otra multitud, en este caso de aliados de Micheletti, se aglomeró frente a la sede de las Naciones Unidas en Honduras, para demandar que no haya injerencia extranjera en los asuntos del país. Muchos llevaban pancartas con mensajes como: “Lula no te metas en los asuntos de Honduras”.

Para impedir que los partidarios del presidente defenestrado se acerquen, cientos de soldados y policías mantenían bajo asedio la embajada de Brasil, en donde Zelaya se encuentra refugiado desde el lunes acompañado por unos 100 tenaces seguidores, para quienes llegó un sacerdote a oficiar misa. Medios locales calcularon que había unos 2,000 soldados y policías en torno al lugar.

Sin hacer precisiones, el vocero policial Víctor López dijo que la seguridad había sido aumentada considerablemente en los alrededores de la embajada brasileña. Los periodistas fueron alejados a unos 100 metros.

Zelaya dijo temer que las autoridades de facto permitan una incursión en la embajada “para asesinarme”.

El ministro de Información de facto, René Zepeda, descartó que se esté sopesando romper lazos diplomáticos con Brasil para justificar un asalto a la embajada. “Sólo hemos pedido respeto a Brasil, así como nosotros respetamos su embajada”, declaró a la AP.

Señaló que “Brasil debe hacer callar a Zelaya y ofrecer las condiciones adecuadas de que él dialogue con nuestro gobierno, en vez de desatar la violencia en Honduras”.

Focos de violencia continuaron presentándose por la noche después de que el miércoles las autoridades reprimieron con gases lacrimógenos una manifestación de apoyo a Zelaya. Unos 20 zelayistas fueron arrestados por quemar neumáticos, bloquear calles y ocasionar disturbios en siete puntos diferentes de la capital, informó el vocero policial.

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