9 de Mayo del 2013
Probablemente, si Cordero -que nació hace 32 años en la República Dominicana - hablara inglés de manera más fluida, habría sido él quién se hubiera subido en esa limusina. Porque fue Cordero y no Ramsey quien primero acudió a socorrer a Berry y también quién tiró abajo la puerta que mantenía encerradas a las tres jóvenes. La gloria de la que ahora goza Ramsey esquivó a Cordero por el hecho de que no pudiera contar lo que pasó a los medios estadounidenses.
Ángel Cordero, sin embargo, no contempla esta carambola lingüística del destino como una injusticia. “Yo hice lo que tenía que hacer y cuando Berry salga dirá realmente quién fue la que la rescató de allí”, contó a EL PAÍS.
El lunes a las seis de la tarde, su vecina, la señora Aurora Martí, corrió a advertirle de que había una chica chillando en la casa de enfrente. “Crucé y ví a Berry gritando y aporreando la puerta”, explicó Cordero. “Le pregunté que si se había incendiado algo en la vivienda y me contestó que no, que llevaba secuestrada 10 años”. Entonces, según la versión del joven, trató de abrir la puerta. “No pude porque estaba enganchada con una cadena, así que empecé a darle patadas a la parte de abajo hasta que se rompió”, indicó.
Berry salió como un rayo de la casa que había sido su cárcel durante una década. “Le dije que corriera no fuera a ser que regresara Castro y nos pasara algo”, relató Cordero. “Entonces ella volvió a entrar a por la niña”. Cordero cuenta que Berry estaba muy nerviosa, con el pelo revuelto y la cara demacrada.
¿En qué momento aparece Ramsey en esta historia? Angel Cordero dice que cuando Berry explicó que había otras dos chicas más encerradas en la casa, la señora Martí llamó a Ramsey para pedir ayuda. “Él hizo el amago de entrar para sacarlas, pero luego se arrepintió”, indica Cordero. “Y sí, llamó al 911, pero mucho después de que lo hiciera Berry”. Otra vecina, Altagracia Martí, fue quien le proporcionó el teléfono a la joven.
“Si llaman héroe a quien rompió la puerta, pues ese soy yo”, reconoce con una media sonrisa. “Si el moreno se quiere hacer el héroe, ese es su problema”.
Cordero lleva 13 años viviendo en Cleveland. Vive frente a la casa de Castro, cuya puerta ayudó a destrozar. En todo este tiempo, el joven nunca sospechó que entre sus paredes su vecino tuviera encerradas a tres jóvenes. Tras ayudarlas recuperar su libertad, Cordero sólo siente felicidad. “Me siento muy bien y muy contento de que sus familias y ellas puedan por fin rehacer sus vidas”.
Los curiosos que escuchan el relato de Cordero y saben español no salen de su asombro. Los que sólo hablan inglés siguen creyendo que el héroe del rescate es el hombre cuya valentía alabaron todos los medios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario