martes, 26 de julio de 2011

Supervivientes critican a la policía noruega por su tardanza

Supervivientes critican a la policía noruega por su tardanza

Supervivientes critican a la policía noruega por su tardanza
OSLO (Reuters) - "¿Por qué no vinieron antes?", gritaron los supervivientes a la policía noruega cuando llegó una hora después de que Anders Behring Breivik desatara un tiroteo en la isla de Utoeya, matando a 68 personas, en su mayoría adolescentes.
En una nación unida por el dolor por la peor masacre de su historia moderna, pocas personas, excepto algunos supervivientes citados por los medios, han criticado a las autoridades por no impedir los ataques o por la velocidad de su respuesta una vez que ocurrieron.
Tras el ataque con bomba de Breivik en Oslo, la respuesta de la policía en la isla donde ocurrió la masacre estuvo plagada de problemas: desde un bote al que le entró agua por exceso de peso hasta la falta de un helicóptero equipado para trasladar a las fuerzas especiales al lugar.
Mientras pasaban los minutos, Breivik perseguía a sus víctimas, que se escondían debajo de las camas, trepaban a los árboles, se ocultaban detrás de los arbustos o se tiraban al lago en un intento desesperado por escapar.
Eran las 17.26 hora local del viernes cuando la policía de Nordre Buskerud recibió la primera alerta sobre el tiroteo en la isla. Cuatro minutos después notificó la información a Oslo y ocho minutos más tarde solicitó formalmente refuerzos.
Catorce minutos después, la policía local llegó a la orilla en el continente, pero tuvo que aguardar un bote durante otros 17 minutos.
"Pedimos ayuda al equipo de SWAT en Oslo, que está especialmente entrenado para lidiar con situaciones armadas. No sabíamos la extensión de lo que estaba ocurriendo allí", dijo el jefe de la policía de North Buskerud, Sissel Hammer, según citó el diario Dagsavisen.
"Pero esto no fue sólo esperar, fueron 17 minutos durante los cuales nos preparamos", agregó.
Mientras tanto, algunas personas en la costa decidieron subirse a botes y cruzar para buscar supervivientes en el agua, y también fueron blanco de los disparos de Breivik. Una persona rescató a entre 40 y 50 jóvenes aterrorizados.
A las 18.09, la policía de Oslo llegó al lugar y partió hacia la isla en un bote traído desde Hoenefoss.
"Cuando subieron muchas personas y se colocó el equipamiento, empezó a entrar agua en el bote, por eso el motor se apagó", dijo Erik Berga, jefe de operaciones del condado de Buskerud.
Cuando un equipo de SWAT llegó a la isla a las 18.25, Breivik se rindió a los dos minutos sin oponer resistencia.
La policía de Noruega dijo que ha lanzado una investigación, pero insistió en que está satisfecha con su respuesta.
"No se puede esperar una mejor respuesta que esa (...)", dijo el jefe de personal Johan Fredriksen. "Lo haríamos de la misma manera a menos que tuviéramos más recursos", agregó.
En medio de la confusión, la policía admite que estimó mal el número de muertos y contó dos veces a algunas víctimas.
En una improvisada rueda de prensa a eso de las 4 de la madrugada del sábado, la policía indicó que los muertos en Utoeya habían sido "al menos 80" y luego informó de 86. Dos días después, revisó la cifra y habló de 68 víctimas mortales.

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