KABUL (Reuters) - Trece soldados estadounidenses murieron el sábado en un atentado suicida en la capital afgana, el más mortífero contra las fuerzas encabezadas por la OTAN en los diez años de guerra en Afganistán.
"Podemos confirmar que 13 miembros de las Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) han muerto", dijo un portavoz de la ISAF en Kabul, sin dar más detalles.
Un portavoz del Pentágono confirmó después que los 13 fallecidos eran estadounidenses.
Tres civiles y un policía también fallecieron en el ataque contra un convoy de vehículos militares, dijo un portavoz del Ministerio del Interior afgano.
Excluidos ataques aéreos, se trata del incidente con más muertos contra tropas extranjeras desde el comienzo de la guerra en 2001.
Los atentados letales son relativamente poco habituales en el blindado Kabul, frente al sur y el este de Afganistán, pero las muertes del sábado se producen menos de dos meses después de que los insurgentes lanzaran un asalto de 20 horas contra la embajada estadounidense en la capital.
El ataque contra el convoy de la ISAF se produjo a última hora de la mañana en la zona de Darulaman, en el oeste de la ciudad, cerca del museo nacional.
El antiguo palacio real, hoy en ruinas, está también en el área, además de varios departamentos gubernamentales y bases militares afganas y extranjeras.
Los talibanes se atribuyeron después la responsabilidad de la acción, asegurando que habían colocado un vehículo con 700 kilos de explosivos.
ENTREGA DE SEGURIDAD
El Gobierno afgano y sus apoyos extranjeros están preparándose para finales de 2014, el plazo dado para que las tropas de combate exteriores vuelvan a sus países.
Algunos afganos temen que sus fuerzas de seguridad sean incapaces de litigar con la insurgencia y que el país pueda caer en una guerra civil. Las fuerzas de la coalición han empezado ya a entregar la responsabilidad de la seguridad a las fuerzas afganas en algunas partes del país.
"Confiamos en emprender la transición", dijo el máximo representante civil de la OTAN en Afganistán, Simon Gass, en una reunión en Kabul el sábado antes del atentado. "Si comparamos la situación de seguridad de hoy con la de hace dos años, podemos ver mejoras muy importantes en muchas áreas".
También el sábado, tres australianos y un lingüista afgano murieron en la provincia de Uruzgan, en el sur de Afganistán, cuando un atacante que llevaba un uniforme del Ejército Nacional Afgano abrió fuego contra ellos, dijeron las autoridades de la vecina provincia de Kandahar.
La violencia en Afganistán se encuentra en su peor momento desde el comienzo de la guerra hace diez años, según las Naciones Unidas, pese a la presencia de más de 130.000 soldados extranjeros.
El jueves, insurgentes armados con rifles y granadas propulsadas por cohetes atacaron dos bases usadas por las tropas extranjeras en el sur de Afganistán. Un intérprete afgano que trabajaba para la ISAF murió en ese ataque.
Ha habido una serie de asesinatos de perfil alto, además de atentados a diario por parte de atacantes talibanes en el último año.
En el ataque reciente más espectacular, los insurgentes lanzaron un asalto de 20 horas contra la embajada estadounidense y la sede de la ISAF en Kabul en septiembre. Más de una docena de personas murieron en ese asalto.
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