miércoles, 9 de mayo de 2012

Margarita Cedeño de Fernández mientras respondía a la acusación que le hizo el comunicador Marcos Martínez de que tenía una cuenta millonaria en euros.

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* "Pooooorque si me tocan... la República Dominicana cogerá fuego por las' cuatro' esquinas" y “Yo no creo en Dios”, son dos frases pronunciadas por dos de los más prominentes políticos de la vida nacional, José Francisco Peña Gómez, y Juan Bosch, respectivamente, pero sacadas de contexto en unas campañas electorales calificadas por analistas políticos como las más sucias de la historia. La de Peña Gómez fue una frase utilizada en unos de sus actos políticos en la agitada campaña de 1994, cuando ya no cabían más epítetos y acusaciones en su contra por parte de la oposición. “Lo acusaron de brujo, satánico, narcotraficante. Le enrostraron el oscuro color de la piel, el origen y el abandono de su niñez”, cita Ángela Peña en su libro “Campañas y Crisis Electorales. Sin embargo, la campaña sucia va mucho más allá de 1994, la cual es calificada como una de las más fraudulentas. Y es que en 1962 el mismo Juan Bosch se vio en la obligación de dirigir un discurso a la nación para tratar de alivianar la tensión que reinaba en ese momento. Para él no era necesario “rebajarse tanto” para alcanzar la Presidencia de la República. Hizo mención de una de las grabaciones que utilizaron en su contra, donde supuestamente la oposición escogió a dos cubanos para hacer una campaña de anónimos en la que se utilizó el nombre de su esposa, acusándola de ser agente de Fidel Castro. “Estamos cayendo en un lodazal; y si los líderes políticos no le ponen un alto a la carrera de insultos y de infamias y de mentiras en que está hundiéndose el país, (…). Que no se haga nadie ilusiones; la democracia no puede establecerse sobre bases tan sucias y tan débiles como las que estamos echando aquí”, dijo Bosch en aquella ocasión. Lo cierto es que las acusaciones y dimes y diretes entre los candidatos que tercian en unas elecciones nunca faltan y son los principales ingredientes para el debate, sobre todo, cuando se está en la recta final. Y es que en República Dominicana se ha hecho costumbre que los participantes en un proceso electoral se tiren “los trapitos al sol” como si no hubiese otra forma de arrebatarles los votos a sus opositores. Los enfrentamientos entre candidatos ya tienen acostumbrados a los electores dominicanos que, se quiera o no, obligatoriamente Se hacen eco de las informaciones que surgen, ya sean verdaderas o falsas. Uno de los aspectos que nunca queda fuera dentro del proceso, y que siempre es utilizado por el adversario para buscar la empatía de los electores, se centra en los recursos que poseen los contendientes, o en su defecto, los allegados más cercanos a éstos, a los que siempre atribuyen enriquecimiento ilícito o actos de corrupción. Las acusaciones vienen de todos los bandos y ningún candidato es ajeno. Esta vez las más notorias se han centrado en la primera dama de la República y candidata vicepresidencial del partido oficialista, Margarita Cedeño de Fernández, a quien el comunicador de Santiago Marcos Martínez acusó de tener una cuenta valorada en 43 millones de euros en un banco de Dinamarca, denuncia que la llevó a presentar una demanda contra éste por falsificación de documentos, en la que también solicita una indemnización de 10 millones de pesos. Este proceso está en curso en los tribunales. Tanto el PLD como el PRD no escatiman esfuerzos para sacar a la luz lo que, según dicen, “el pueblo no sabe”. También los funcionarios Aunque los funcionarios no son los candidatos, también son tomados en cuenta, y es que como dice un refrán “con quien te veo te comparo”. Por eso altos militares, ex militares y funcionarios gubernamentales también han sido blanco de acusaciones en esta campaña electoral, como es el caso de cuatro cercanos colaboradores del presidente Leonel Fernández, incluyendo tres generales. Se dijo que a los cuatro primeros el Gobierno norteamericano les habría cancelado sus visados, por lo que dos de ellos tuvieron que hacer un desmentido y presentar en público, incluso desde Miami, sus pasaportes visados. A través de las redes sociales y de medios de comunicación periodísticos se aseguraba que el Departamento de Estado habría retirado el visado a Víctor Crispín Zorrilla, jefe de la escolta personal del presidente Fernández y subdirector del Departamento Nacional de Información (DNI), así como al general Héctor Medina Medina, jefe del Cuerpo de Ayudantes Militares; general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, ex jefe de la Policía Nacional y asesor del Poder Ejecutivo en esa rama, y al ex secretario de las Fuerzas Armadas, general retirado Manuel de Jesús Florentino y Florentino. La noticia corrió como pólvora luego de un reportaje publicado por el noticiario internacional Univisión, donde destacaba que a los citados militares les habrían revocado las visas de turista. Sin embargo, tanto Guzmán Fermín como Crispín Zorrilla desmintieron la versión demostrándolo con un viaje que ambos hicieran a Miami y presentaran en el mismo noticiario sus pasaportes visados, pero no así Medina Medina y Florentino Florentino. La situación obligó a que la Presidencia de la República difundiera imágenes de las visas y los formularios de admisión del Departamento de Migración de Estados Unidos del subdirector de Guzmán Fermín y Crispín Zorrilla. También hay que destacar la utilización de conversaciones grabadas, con intervenciones telefónicas no justificadas por razones legales, para denunciar el supuesto complot para desestabilizar al gobierno haitiano por parte de Pedro Julio Goico (Pepe), cercano colaborador de Mejía, y la amenaza contra la vida de Miguel Vargas por parte de Guido Gómez Mazara. Denuncia, esta última, que hicieron legisladores del PRD mientras la primera fue formulada de manera conjunta por los gobiernos dominicanos y haitiano. Pacto de civilidad "Lo que muchos dominicanos se estarían preguntando en estos momentos es si el pacto de civilidad que firmaron los candidatos a la Presidencia para alivianar la tensión y tener más mesura en el contenido de los mensajes solo quedó en el papel. El pacto fue firmado el pasado 30 de marzo y participaron los candidatos de PRD, Hipólito Mejía, del PLD, Danilo Medina, Max Puig, de Alianza por la Democracia (APD) y Eduardo Estrella, de Movimiento Dominicanos por el Cambio (MXC), quienes se comprometieron a no obstaculizar las actividades políticas y no usar frases contrarias a la decencia y la dignidad de los partidos adversos. El acuerdo también establece que los candidatos mantendrán un discurso de propuestas que no fomenten el odio entre sus militantes, a través de los medios de comunicación. No firmaron los candidatos emergentes Guillermo Moreno, de Alianza País, y Julián Serulle, del Frente Amplio, alegando que sus mensajes no tienen contenidos ofensivos. Las acusaciones vienen de todos los bandos, y aunque la sociedad dominicana cuenta con los instrumentos legales para que cada quien demuestre si son falsas o no, excepto la primera dama Cedeño de Fernández, pocos se han atrevido a poner la denuncia en los tribunales y de esa forma demostrar si se trata de campaña sucia o una acusación justificada.

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