martes, 1 de noviembre de 2011
El referéndum griego enoja Alemania y golpea a los mercados
Papandreu, convocando un referéndum sobre el nuevo rescate para Grecia desencadenó el martes veladas amenazas de Alemania y golpeó a los mercados nerviosos por la crisis de la eurozona.
Políticos europeos se quejaron de que Atenas está intentando zafarse del acuerdo de rescate acordado solo la semana pasada, preocupados no tanto por el destino de Grecia como por la posibilidad de consecuencias nefastas para toda la unión monetaria.
Un veterano parlamentario alemán sugirió que la eurozona podría tener que dejar a Atenas a la deriva, cortando su línea de ayuda y permitiendo a la nación helena que suspenda pagos.
Otros se vieron sorprendidos por un aparente giro brusco de Papandreu respecto al segundo paquete de ayuda de 130.000 millones de euros para la problemática economía, así como una amortización del 50 por ciento de la deuda griega, que ha desatado la furia entre los griegos por el precio que se ven obligados a pagar: más austeridad.
Pero también pidieron prudencia mientras no se conozca la pregunta exacta que se someterá a consulta al pueblo griego. Responsables de la UE dijeron que aún no se había notificado oficialmente el referéndum.
La reacción de Alemania, que financia una gran parte de los rescates de la Unión Europea para Grecia que lucha con una enorme deuda, fue de una apenas disimulada furia.
Un líder de la coalición de centroderecha de la canciller alemana Angela Merkel dijo que estaba "irritado" por el anuncio de Papandreu y dijo que la zona euro tendrá que considerar cortar el flujo de dinero que ha mantenido a flote a Grecia en el último año.
"Esto me suena como alguien que trata de zafarse de lo que acordó (...) una acción extraña", dijo Rainer Bruederle, el líder parlamentario de los Demócratas Liberales.
"Uno sólo puede hacer una cosa: organizar los preparativos para la eventualidad de que se produzca una insolvencia estatal en Grecia y si no cumple los acuerdos, entonces habremos alcanzado el punto donde el dinero ya no será entregado", sostuvo Bruederle.
HUIDA DE LOS INVERSORES
Los mercados financieros, que habían esbozado con ánimo el acuerdo de la zona euro sobre un nuevo paquete de rescate para Grecia, tomaron la decisión de Papandreu como una bomba. Los inversores corrieron hacia inversiones más seguras, golpeando los mercados de valores y castigando al euro.
"El riesgo es que un 'no' de los griegos puede hacer descarrillar por completo los esfuerzos de rescate", dijo un operador de bolsa con sede en París.
Las acciones europeas cayeron cerca de un 3 por ciento y el índice bursátil mundial de todos los países del MSCI arrojaron un 1,7 por ciento, debido no solo a la posibilidad de una quiebra griega con alteración de orden público sino también por el caos que rodearía los intentos de la eurozona por evitar que la crisis de deuda se extienda a economías más importantes como Italia.
En los mercados de divisas, el euro cayó más de un uno por ciento frente al dólar y el yen mientras los inversores reducen la exposición a la moneda común.
"El referéndum griego es una verdadero cambio de juego. Nadie lo vio venir y supone una gran cantidad de incertidumbre", dijo Steven Saywell, jefe de estrategia cambiaria de BNPParibas.
Alemanes en las calles de Berlín expresaron su desesperación con el proyecto del euro.
"Lo único que entiendo es que los griegos siguen causándonos problemas. Estaríamos mejor sin el euro", dijo Bert Kuehn mientras vendía bollos en una panadería.
Algunos políticos llamaron a la cautela mientras no se conozcan más detalles sobre la propuesta griega.
"Si Grecia vota 'no' significará una crisis política", dijo el secretario de Estado para la Unión Europea español Diego López Garrido.
"Por el momento debemos ser prudentes y esperar a ver qué dice Papandreu en la sesión plenaria del Parlamento para explicar el alcance exacto de su propuesta", dijo a la Cadena Ser.
Papandreu, cuyo gobernante Partido Socialista ha sufrido varias deserciones al impulsar olas de medidas de austeridad en el Parlamento mientras los manifestantes protestaban en el exterior, dijo que necesita un apoyo más amplio para las reformas fiscales y estructurales exigidas por los prestamistas internacionales.
Un líder de la coalición de centroderecha de la canciller alemana, Angela Merkel, dijo el martes que estaba "irritado" por el anuncio de Papandreu.
Casi el 60 por ciento de los griegos considera que el acuerdo de la UE, alcanzado el jueves, es negativo o probablemente negativo, mostró una encuesta publicada el sábado.
La renovada incertidumbre probablemente será una vergüenza para los líderes del G-20 que se reunirán esta semana en Francia para tratar de convencer a China de que provea una cuerda de salvamento a la zona euro.
"Si hubiera un referéndum, se puede concluir razonablemente que las medidas de austeridad podrían ser rechazadas. Podríamos concluir que ésto haría caer el castillo de naipes", dijo Howard Wheeldon, estratega senior de BGC Partners en Londres.
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