El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Ben Bernanke, ha dicho este martes que la crisis de deuda en Europa ha sido una "significativa" fuente de estrés en los "mercados globales financieros". No es la primera vez que EE UU apunta a Europa como culpable del alargamiento de la crisis financiera mundial.
Bernanke ha señalado que "los líderes europeos están comprometidos en enfrentar estos problemas, pero necesitan un acuerdo entre un amplio número de países para poner en marcha mecanismos de defensa".
Ha añadido que se ha perdido tiempo en la búsqueda de las causas de los problemas fiscales, que han ralentizado la puesta en práctica de soluciones. Los EE UU culpan así, de nuevo, a Europa como fuente de inestabilidad financiera.
A finales de septiembre, el presidente de EE UU, Barack Obama, aseguró que "las medidas de Europa contra la crisis no han sido tan rápidas como deberían". Días después, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, se dirigía a los líderes europeos para recordarles que "no hay atajos" para combatir la crisis de la deuda, un problema que exige decisiones difíciles.
Responsabilidad compartida
En una comparecencia ante el Congreso, Bernanke ha señalado que el crecimiento es "responsabilidad compartida" de autoridades económicas y del sector privado, y ha afirmado que la "política monetaria no es la panacea".
"La política monetaria puede ser una herramienta poderosa, pero no es la panacea para los problemas que encara actualmente la economía de EEUU", ha añadido Bernanke.
El presidente de la Fed ha subrayado que los "indicadores más recientes apuntan a una mayor ralentización de la creación de empleo" y ha recomendado a los legisladores no tomar medidas que puedan contraer la frágil recuperación económica.
"En conjunto, la recuperación de la crisis ha sido mucho menos sólida de lo que habíamos esperado. Ahora esperamos una ligera reducción del ritmo de crecimiento económico en los próximos trimestre", ha dicho Bernanke.
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