Asad concede una nueva amnistía; sus seguidores lo festejan

Asad concede una nueva amnistía; sus seguidores lo festejan

Asad concede una nueva amnistía; sus seguidores lo festejan
BEIRUT (Reuters) - El presidente sirio, Bashar el Asad, emitió una amnistía general el martes, un día después de que prometiera reformas amplias pero vagas para hacer frente a los tres meses de revueltas populares contra su gobierno autocrático.
Activistas y analistas habían restado importancia a las promesas de Asad del lunes, alegando que no cumplían las demandas de los manifestantes que durante tres meses han desafiado la dura represión militar con demandas de más libertades, lo que supone el mayor escollo en sus once años en el poder.
La amnistía, la segunda de este tipo en tres semanas, incluye a cualquiera que haya cometido delitos hasta el 20 de junio, dijo la agencia estatal SANA. Tras el primer perdón, las autoridades sirias pusieron en libertad a cientos de presos políticos, pero los grupos de derechos humanos dicen que aún quedan miles en las cárceles sirias.
Asad dijo el lunes que pediría al Ministerio de Justicia que contemplara emitir una amnistía más amplia, ya que según reuniones que mantuvo con líderes locales, creía que "la (primera) amnistía no era satisfactoria para muchos y que el deseo es que esta (la segunda) sea más inclusiva".
Los grupos de derechos dicen que la represión contra los manifestantes se ha intensificado desde que se anunciara la primera amnistía el 31 de mayo y cientos de personas han sido arrestadas.
El martes, decenas de miles de sirios protagonizaron marchas favorables a Asad en todo el país en apoyo del discurso en el que prometió unas reformas que de inmediato fueron rechazadas por los manifestantes.
La televisión estatal mostró marchas en Alepo, Damasco y en Deraa, cuyas protestas contra Asad fueron las primeras en marzo. Los manifestantes hicieron ondear la bandera tricolor del país, portaron fotos del presidente y soltaron globos rojos, blancos y negros.
Varios testigos en Deraa informaron de que las fuerzas de seguridad abrieron fuego para dispersar a los varios miles de manifestantes que protestaban en el barrio viejo de la ciudad.
Salieron a las calles en respuesta a una manifestación progubernamental en la zona de Mahatta, a la que según dijeron se había obligado a ir a empleados y soldados con ropa de civil.