miércoles, 2 de febrero de 2011
Partidarios y detractores de Mubarak se enfrentan en El Cairo
Partidarios y detractores de Mubarak se enfrentan en El Cairo
Defensores del presidente egipcio, Hosni Mubarak, atacaron a manifestantes con golpes de puños, palos y cócteles Molotov en El Cairo el miércoles, mientras el Gobierno rechazaba la petición internacional para que el líder ponga fin a su mandato de 30 años.
Partidarios y detractores de Mubarak se enfrentan en El Cairo
Los opositores dijeron que los partidarios de Mubarak eran miembros de las odiadas fuerzas policiales vestidos de civil, una acusación negada por el Ministerio del Interior.
El ataque provocó caóticas escenas en la plaza Tahrir (Liberación), donde algunos manifestantes pasaban montados en caballos, camellos y en carruajes, blandiendo látigos y palos.
La principal figura de la oposición, el ganador del Premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei, llamó al Ejército a intervenir para detener los enfrentamientos, los peores desde que comenzó la movilización contra Mubarak hace nueve días.
Pero los soldados permanecieron en alerta mirando.
La emergencia de personas leales a Mubarak, ya sea ciudadanos comunes o policías, plantea una nueva dinámica en los trascendentales eventos que está viviendo la nación árabe más poblada, con 80 millones de habitantes.
El levantamiento estalló la semana pasada por la frustración de la población por la corrupción, la opresión y las dificultades económicas en el prolongado mandato de Mubarak.
La crisis alarmó a Estados Unidos y a otros gobiernos occidentales que veían a Mubarak como un baluarte contra la inestabilidad en una región inestable y despertó el temor de que el malestar se expanda a otros países árabes que también tienen liderazgos autoritarios.
Mubarak habló en televisión el martes por la noche para decir que no se presentaría a la reelección en septiembre, pero la declaración no fue suficiente para los manifestantes, que demandaron que se vaya del país inmediatamente.
El presidente estadounidense, Barack Obama, habló con Mubarak por teléfono durante media hora el martes por la noche después de que el mandatario, de 82 años, anunciara su plan.
"Lo que está claro y lo que indiqué esta noche al presidente Mubarak es que creo que una transición ordenada debe ser significativa, debe ser pacífica y debe comenzar ahora", dijo Obama.
Sin embargo, Mubarak no dio marcha atrás. Un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores rechazó la presión de Estados Unidos y Europa para que comience la transición de inmediato y dijo que "buscan incitar la situación interna en Egipto".
El respaldo internacional de Mubarak, durante tres décadas un defensor incondicional de la política occidental en Oriente Medio, se ha desmoronado conforme el líder egipcio trataba de negar la crisis evidente.
Francia, Alemania y Gran Bretaña también pidieron una transición rápida.
Desde Arabia Saudí llegaron unas pocas palabras de aliento, un país considerado por muchos analistas como una nación vulnerable a un brote similar de descontento.
Israel, que firmó un tratado de paz con Egipto en 1979, también observaba la situación de su vecino con nerviosismo, sopesando la posibilidad de que los islamistas antiisraelíes ganen una cuota de poder.
ENFRENTAMIENTOS EN LA PLAZA
Las tropas no intentaron intervenir cuando los manifestantes a favor y en contra de Mubarak se enfrentaron en la plaza Tahrir, el foco de las protestas. Corresponsales de Reuters vieron decenas de heridos. Muchas personas huyeron presas del pánico.
Más tarde, funcionarios del Ministerio de Sanidad informaron que al menos una persona murió y otras 403 resultaron heridas en los enfrentamientos del miércoles.
El hombre fallecido, que murió cuando cayó de un puente, era un soldado.
Manifestantes anti Mubarak dijeron que no dejarían la plaza hasta que el mandatario renuncie.
Jalil, un hombre en sus 60 años que sostenía un palo, culpó a los manifestantes de Mubarak y a la seguridad encubierta por los enfrentamientos.
"Pero no nos iremos", indicó a Reuters. "Todos quedaron ahí", apuntó.
El Ministerio del Interior negó que la policía estuviera involucrada.
Más temprano, el Ejército dijo a los manifestantes que sus demandas ya habían sido escuchadas y que debían despejar las calles.
Una coalición opositora, que incluye a la organización islamista Hermandad Musulmana, respondió a la advertencia del Ejército, convocando a más protestas.
La oposición dijo que sólo negociaría con el vicepresidente Omar Suleiman, un ex responsable de inteligencia que fue nombrado el fin de semana, una vez que el presidente Mubarak abandone el poder.
La oferta de Mubarak de dejar el cargo en septiembre fue su última estrategia en la crisis. El fin de semana remodeló el Gobierno y prometió reformas, pero no fue suficiente para los manifestantes.
Un millón de personas salieron a las calles de las ciudades egipcias el martes pidiendo su dimisión.
YEMEN, JORDANIA
Muchos analistas creen que el Ejército está tratando de asegurar una transición de poder que le permitiría retener gran parte de su influencia.
Hani Sabra, analista del Grupo Eurasia, dijo que el anuncio de Mubarak de que no se presentaría en septiembre marca el comienzo de un largo y complejo proceso de negociación entre el Gobierno y la oposición.
"En el mediano plazo, estas negociaciones seguramente producirán (...) una democracia híbrida, combinando un fuerte Ejército con un sistema electoral más pluralista", sostuvo.
La insurrección está inspirada en parte en la revuelta popular de Túnez que el mes pasado derrocó al presidente Zine al Abidine Ben Ali. El estado de ánimo se está extendiendo por toda la región.
El rey Abdulá de Jordania sustituyó a su primer ministro el martes tras protestas en su país.
El presidente yemení, Ali Abdulá Saleh, aliado clave de Estados Unidos en su lucha contra Al Qaeda, dijo que estaba dispuesto a abandonar el poder en el 2013.
Los precios del petróleo retrocedieron desde máximos de 28 meses, pero el crudo Brent del Mar del Norte seguía a más de 101 dólares el barril por temor a que el malestar en Egipto desate una movilización política aún mayor en todo Oriente Medio y el norte de África.
Pero con la promesa de Mubarak de irse en septiembre, los inversores extranjeros comenzaron a mostrar un renovado interés en los bonos y los títulos egipcios y el costo de asegurar la deuda egipcia contra la dimisión cayó.
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