viernes, 18 de febrero de 2011

Cuando Posada “resolvió” el regreso a Miami de un sicario contratado para matar a Fide




De esto no se hablará en El Paso:
Cuando Posada “resolvió” el regreso a Miami de un sicario contratado para matar a Fidel



Cuando al gobierno norteamericano, en El Paso, le falla la memoria, pudiera recurrir a uno de sus ex agentes, como "Tony" Veciana, que sí recuerda sus crímenes.


Luis Posada Carriles a su llegada a la corte de El Paso, donde las autoridades padecen de amnesia crónica.

En 1971, fue la CIA la que informó a Antonio Veciana Blanch, diez meses antes de que tuviese lugar un viaje del Presidente de Cuba a Chile, y le propuso encargarse de organizar un asesinato, le orientó que se realizara en medio de una conferencia de prensa, y aseguró el transporte de las armas hasta Santiago en un vehículo diplomático norteamericano. Posada Carriles, después del fracaso de la operación, fue encargado de informar a la Embajada norteamericana, explicar lo que había pasado y reintroducir con complicidad oficial, en territorio norteamericano, a uno de los dos sicarios seleccionados por Orlando Bosch.

Todo esto lo reveló, lo confirmó, lo aseguró el propio agente CIA Veciana quien, entonces con 79 años, escogió en julio del 2007 confesar por las ondas del programa radial La Noche se Mueve, del periodista Edmundo García, en Miami, una parte de los crímenes que cometió, a lo largo de casi cinco décadas, por cuenta de los servicios de Inteligencia norteamericana, en su guerra sucia contra Cuba.

Fundador de Alpha 66, identificado como cómplice del complot para asesinar a Kennedy, este matón formado en la Operación 40 fue condenado, en 1974, en Nueva York, por narcotraficante.

"Yo estaba en Bolivia trabajando para la USAID como asesor del Banco Central", explicó el jefe terrorista, al abordar el tema del intento de atentado de Chile, ocurrido en 1971.

La "ayuda al desarrollo" otorgada a Bolivia por esa agencia oficial de Estados Unidos, vinculada desde su creación a actividades de Inteligencia era amplia, revela. "Habíamos un grupo de cubanos¼ en el Banco Central, estaba yo como asesor bancario. En el Banco Minero, estaba Rafael Dalmau. En el Banco Agrícola estaba Charles Bacon que, a pesar de su nombre americano, era cubano de nacimiento, y la CIA tenía otros personajes trabajando dentro del Ministerio del Interior".

UN FUNCIONARIO DE LA CIA ME DICE QUE FIDEL VA a IR A CHILE

Un día "un funcionario de la CIA me dice que Fidel va a ir a Chile y me pregunta si estoy dispuesto a participar en la organización del atentado", cuenta Veciana. "Yo estuve cuatro años con base en Bolivia. Yo no había leído nunca que Castro iba a Chile. Hasta que me llamó desde Perú alguien de la CIA".

La agencia norteamericana se encarga de coordinar el contacto con Carabineros chilenos que conspiran contra el gobierno democrático del socialista Salvador Allende.

"Me informó que yo podía tener confianza en las dos personas que me iban a visitar de parte de los Carabineros de Chile."

¿Dónde Veciana buscaría entonces el apoyo que necesita? En Miami, por supuesto. Ahí está la gran reserva de matones y conspiradores constituida por la CIA desde hace años. Y encabezando impunemente esta jauría de terroristas, están sus socios de Alpha 66, con oficinas en Flagler Street.

"Yo mandé un telegrama en clave a Alpha 66¼ Aquí hay personas todavía que pueden aseverar eso¼ Para ver si había hombres de acción dispuestos a funcionar."

Veciana decide finalmente viajar a lo que sigue siendo, hoy día, el santuario del terrorismo continental.

"Andrés Nazario Sargent, entonces jefe de Alpha 66, me recibió¼ Entrevistamos a varias personas."

Todos los candidatos se dan cuenta de que, al proponerles participar en un atentado contra Fidel Castro, se les pide el suicidio.

"No estaban dispuestos a dar sus vidas."

EL ISLEÑO DOMÍNGUEZ Y MARCO RODRÍGUEZ

Veciana regresa a Bolivia decepcionado, después de cuatro días.

Sin embargo, cuenta, pronto le llegará un nuevo mensaje en clave de Sargent, anunciando que se había encontrado a dos individuos dispuestos a sumarse al complot.

"Regresé a Miami¼ Las dos personas pertenecían al grupo de Orlando Bosch. Habían trabajado con Poder Cubano (el grupo de Bosch) y en la CORU: eran "El Isleño" Domínguez, creo que su nombre era Antonio, y Marco Rodríguez. Yo les propicié todas las formas para ir a Venezuela, y en Venezuela, hay ciertos funcionarios de Venevisión que me dieron todas las facilidades."

El plan era hacer pasar a los dos matones por camarógrafos de Venevisión para luego infiltrarlos en una conferencia de prensa del Presidente cubano en Santiago de Chile.

¿De quién era la idea? De la propia CIA, confirma Veciana.

"Ellos sugirieron lo de la cámara¼ sugirieron hacer el atentado aprovechando la conferencia donde iba a haber 600 o 700 periodistas."

Personal de la CIA participó en la preparación del atentado: "Después se fue complementando con las personas que, como expertos, fueron recomendando: se puede hacer esto, no se puede hacer esto¼ "

"Teníamos quienes conocían cómo se desarrollaban las conferencias de prensa que daba Cuba: posiblemente las personas que irían al acto, iban a tener que dejar las cámaras en la antesala y las iban a revisar. Pero usando un arma pequeña y escondiéndola en cierto sector de la cámara, no va a ser detectada el arma", confiesa.

Así fue como Domínguez y Rodríguez "fueron entrenados como camarógrafos¼ y les conseguí las credenciales de Venevisión".

Al contestar a una pregunta, Veciana precisa: "Venevisión siempre fue de Cisneros¼ Estaba manejado por cubanos que radicaban en Venezuela".

La preparación de los dos terroristas fue minuciosa.

"Hubo que entrenarlos porque como eran cubanos, tenían que conocer el lenguaje venezolano¼ Estuvieron en Caracas alrededor de 60 o 90 días entrenándose para ser indetectables", indica.

Se le pregunta entonces a Veciana: "¿Estas dos personas tenían entrenamiento como tiradores, como killers, como asesinos?".

El septuagenario contesta con un sorprendente candor: "Bueno, yo les diría asesinos."

"Eran hombres de acción de Poder Cubano que habían trabajado con Orlando Bosch."

Los dos "asesinos" llegaron a Santiago de Chile, "mucho antes de que Castro estuviera llegando, es decir, ellos estaban ahí y empezaron a hacer entrevistas al Gobierno de Chile, como si fueran periodistas venezolanos".

Al comenzar la entrevista, a una primera pregunta sobre el tema del atentado de Santiago, Veciana contestó: "Yo no fui a Chile".

Pero al embullarse con su relación de los hechos, de repente, cuenta todo de su estancia en ese país.

"Sí, cómo no, yo estuve en Chile", exclama de repente y añade una extraña revelación.

EN UN CARRO DIPLOMÁtICO NORTEAMERICANO... ¡CON LAS ARMAS!

"Yo salí de La Paz a Lima en un carro diplomático de la embajada de Estados Unidos con las armas", admite de repente Veciana al señalar que otros agentes norteamericanos salieron de Lima para ir a Santiago de Chile a sumarse al plan.

"Habíamos rentado en la calle Huérfanos, en Santiago, el apartamento donde ellos (Domínguez y Rodríguez) iban a pasar como simples periodistas. Nos encontramos en algún lugar de la frontera entre Chile y Perú y recorremos desde Arequipa, Tagna hasta Santiago."

"Estando ahí, yo tenía una base de apoyo mínima de tres personas que solamente sabían lo que se estaba preparando, cuando yo necesitaba cierto movimiento."

"Aprendí a hacer compartimentos dentro de mis actividades anticastristas", precisa como para indicar que dejó a Posada desinformado.

La conspiración, al final, fracasa. Domínguez y Rodríguez "se intimidaron".

Marco Rodríguez tenía una condena pendiente de cinco años en Estados Unidos. "Estaba bajo fianza cuando yo me lo llevo del país para Venezuela", indica Veciana.

"Entonces ahí aparece Posada Carriles. El hombre que va a la Embajada norteamericana y explica la situación que hay y todos los detalles, es Posada Carriles."

"Él fue el hombre que lo trajo (a Miami) en el avión y lo entrega aquí a las autoridades", confiesa Veciana.

En El Paso, no se hablará de esto. La CIA, la Fiscalía "antiterrorista" y el propio gobierno norteamericano, cuando se habla de esto, padece de amnesia crónica. ¿Cómo no van a recordar a quien con tanta confianza visitaba "la Embajada" para "explicar" el caso de un asesino prófugo y resolver el problema con tanta celeridad?

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