martes, 9 de noviembre de 2010
Han pasado mas de 40 anos desde que el presidente estadounidense,Barack Obama, llego por primera vez a Indonesia.
Han pasado más de 40 años desde que el presidente estadounidense, Barack Obama, llegó por primera vez a Indonesia, pero los recuerdos de su niñez volvieron el martes durante su visita estatal a Yakarta.
Obama recibió una cariñosa bienvenida de muchos indonesios en una ciudad donde pasó cuatro años y donde su madre se casó con un indonesio, aunque cuando se le preguntó qué sentía al regresar respondió que las cosas han cambiado mucho.
"Cuando vine aquí por primera vez era 1967. La gente iba en 'becaks', que, para los que no los conocéis, eran bicicletas tipo 'rickshaw'", contó, al explicar un vehículo que ahora apenas se ve en una capital cuyas calles están llenas de vehículos de gran cilindrada.
"Si no iban en 'becaks', iban en 'bemos', que eran como una especie de pequeños taxis en los que ibas de pie en la parte de detrás, y estaban llenos siempre", agregó, gesticulando animadamente, lo que provocó una sonrisa del presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono.
"Por lo que sé, el tráfico (ahora) en Yakarta es muy duro", dijo, aunque reconoció que desde que es presidente no ha vuelto a pasar un atasco, ya que siempre le despejan las calles.
Su convoy, recibido por un chaparrón tropical, atravesó rápidamente unas calles inusualmente tranquilas, en una ciudad donde los atascos y las inundaciones pueden provocar desplazamientos de hasta cuatro horas.
Estos atascos perpetuos han llevado a que Yudhoyono insinúe trasladar la capital, al tiempo que las infraestructuras inadecuadas del país están consideradas como un freno para las inversiones directas de Estados Unidos, pero también como una oportunidad para inversores como los chinos y las empresa de capital riesgo.
Obama habló algunas palabras de indonesio durante la cena de estado en la que le sirvieron a él y a su mujer Michelle- en su primera visita al país - el plato favorito de su niñez, nasi goreng, bakso y rambutan (arroz frito, sopa de albóndigas y una fruta tropical).
En el discurso posterior, recibido con calurosos aplausos, contó cómo su madre, una antropóloga, viajaba en motocicleta por los pueblos, y se mostró "muy emocionado" por la medalla presentada en su honor por el trabajo que hizo en el país.
"Nunca imaginé que iba a ser homenajeado aquí, no ya como presidente de Estados Unidos. No creí que iba a entrar nunca en este edificio", dijo.
El presidente indonesio también recordó la infancia de Obama, jugando en los campos de arroz ocupados ahora por rascacielos, o con las crías de mono y de cocodrilo que tuvo de mascotas.
A pesar de que la visita había sido cancelada en dos ocasiones y de que su popularidad está a cayendo en casa, muchos indonesios consideran a Obama como un hijo pródigo, y en su escuela en el barrio adinerado de Menteng hay una estatua de él en la entrada.
Los periodistas indonesios reunidos en la sala de prensa en el palacio estatal aplaudieron y vitorearon cuando se vieron las imágenes del Airforce One aterrizando en Yakarta, y cuando se abrió la puerta del avión.
Obama, que espera aprovechar el viaje para acercarse al mundo musulmán, dijo que le desconcertaba volver al hogar de su niñez como presidente de Estados Unidos, pero que sus sentimientos hacia los indonesios no han cambiado.
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