martes, 16 de noviembre de 2010
Europa es la proxima prueba para un debilitado Obama
Europa es la próxima prueba para un debilitado Obama
Si el presidente estadounidense, Barack Obama, aún no está convencido de que su poder de estrella internacional se ha desvanecido, la próxima ronda de cumbres transatlánticas podría terminar de despejar sus dudas.
Europa es la próxima prueba para un debilitado Obama
Después de un maratónico viaje por Asia, donde a menudo se encontró desairado por los líderes mundiales, Obama se dirigirá a Europa esta semana, con la agenda dominada por una creciente división en la estrategia económica y una sensación de abandono entre los tradicionales aliados estadounidenses.
Su desafío es tranquilizar a sus socios europeos de que, a pesar de la debilidad política en el plano interno y a los vergonzosos contratiempos en el exterior, sigue comprometido con una mejor cooperación en temas que van desde la guerra en Afganistán hasta la lucha contra el proteccionismo comercial.
Pero no será fácil para Obama -cuyo Partido Demócrata sufrió fuertes derrotas en las elecciones legislativas de este mes- revertir la sensación de que su influencia en la escena internacional ha descendido. El viernes y sábado asistirá a las cumbres de la OTAN y la Unión Europea en Lisboa.
"Lo difícil para Obama es demostrarle a los europeos no sólo que él sigue siendo importante para ellos, sino que ellos también siguen siendo importantes para Estados Unidos", dijo Sally McNamara, experta en asuntos europeos de la conservadora Fundación Heritage, en Washington.
Acostumbrada a estar en el centro de la política exterior estadounidense, Europa podría sentirse relegada.
Pese al romance con Obama después de su elección hace dos años, el mandatario dejó que las relaciones transatlánticas cayeran en su lista de prioridades, y en cambio se concentró en la emergencia de potencias asiáticas como China e India y en temas domésticos como el alto desempleo y la anémica economía.
Los europeos no pasarán por alto que Obama, que visitó el continente seis veces en su primer año de mandato, permanecerá en Lisboa durante poco más de 24 horas, después de realizar una gira de 10 días por cuatro países asiáticos.
La Casa Blanca insiste en que el compromiso de Obama con la económicamente dinámica Asia no se dará a expensas de la "sociedad duradera" con una Europa menos vibrante.
Pero los analistas creen que los sólidos triunfos de los republicanos en las elecciones del 2 de noviembre, que podrían causar una parálisis legislativa, entorpecerán el progreso en temas de interés para Europa, como la regulación financiera, el cambio climático y el comercio.
¿REPRESALIA DE EUROPA?
Obama también podría tener que lidiar con las dificultades a las que se enfrentó la semana pasada en la cumbre del Grupo de las 20 economías líderes en Seúl, como el descontento con su flexible política monetaria, la resistencia a su iniciativa de fomentar un crecimiento equilibrado y el escaso apoyo para presionar a China por su divisa.
En un reflejo del creciente distanciamiento por la política económica, la canciller alemana Angela Merkel y el primer ministro británico David Cameron se opusieron con fuerza al llamamiento de Obama para estimular la expansión económica con un mayor gasto del Gobierno. En cambio, prefieren poner énfasis en la disciplina fiscal.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, llevó la retórica a un nuevo nivel previamente este mes, cuando dijo que la decisión de la Reserva Federal de inyectar 600.000 millones de dólares a la economía estadounidense fue "desatinada".
Alemania, China y otros grandes exportadores la consideran como un intento encubierto de abaratar el dólar y dar a los productos estadounidenses una ventaja comercial.
En su encuentro con los líderes de la OTAN y luego con los jefes de los 27 miembros de la UE, el mayor bloque económico del mundo, Obama tratará de aliviar las tensiones.
El principal tema en la agenda será Afganistán. El líder estadounidense quiere que sus aliados se comprometan con un proyecto para entregar la responsabilidad de la seguridad a las fuerzas afganas en 2014. Es consciente de la necesidad de la alianza de hallar una salida al conflicto, pero espera evitar un desenlace desordenado.
El resultado podría ser una señal de la influencia que conserva en Europa. Aunque sigue siendo popular entre los europeos comunes, sus líderes ya no están obnubilados con su figura.
Muchos elogian su enfoque más multilateral, después de lo que los críticos llamaron la "diplomacia del cowboy" de George W. Bush. Sin embargo, también están decepcionados porque no ha avanzado en la lucha contra el cambio climático ni ha cumplido su promesa de cerrar la cárcel militar de Guantánamo.
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