El Ejército rescata al presidente de Ecuador tras día de furia
Tropas militares de Ecuador rescataron el jueves a sangre y fuego al presidente Rafael Correa, que estuvo más de diez horas confinado en un hospital rodeado de policías sublevados, que desataron una crisis institucional.
El Ejército rescata al presidente de Ecuador tras día de furia
La protesta de la policía buscaba detener un plan de austeridad del Gobierno que le quitaba beneficios económicos y que según los analistas se salió de control, aunque el mandatario aseguró que fue sólo una excusa para dar un golpe de Estado.
Correa abandonó el hospital en una silla de ruedas y con una máscara antigas al cabo de un intenso tiroteo entre las fuerzas de seguridad, que fue televisado en vivo y mantuvo en vilo al país y a la región.
La Cruz Roja dijo que los choques a lo largo de toda la caótica jornada, que incluyeron ataques de la policía a partidarios del Gobierno, dejaron como saldo dos policías muertos y 88 personas heridas, en su mayoría civiles.
Minutos después de su rescate, el mandatario de tendencia socialista llegó al Palacio de Gobierno y aseguró que no dará marcha atrás.
Con la voz ronca y aún ataviado prolijamente con traje y corbata, Correa dijo desde el balcón presidencial que "la ley no será revocada, con nosotros con el diálogo todo, por la fuerza nada"
"Aquí no habrá perdón ni olvido. Todas las personas que sean identificadas recibirán su castigo", agregó, minutos después de involucrar al ex presidente Lucio Gutiérrez en el levantamiento.
Líderes políticos de América y Europa respaldaron a Correa, mientras que la Organización de Estados Americanos (OEA) emitió una resolución formal de apoyo.
Buena parte de los presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se reunieron en la noche del jueves en Buenos Aires para evaluar la crisis.
UN LARGO DÍA
El día de furia en Quito comenzó cuando policías tomaron el mayor cuartel de la capital para reclamar por la ley que impulsa el Gobierno y que recorta beneficios de policías y militares.
Minutos después, y fiel a su estilo, Correa fue al cuartel y se enfrentó con duras palabra a los sublevados.
Pero el mandatario, recientemente intervenido de una dolencia en una rodilla debió retirarse empujado, golpeado y en medio de una lluvia de gases lacrimógenos.
Fue llevado a un hospital contiguo al cuartel para ser atendido, pero el edificio fue rápidamente cercado por policías insubordinados y el mandatario quedó acorralado.
Correa pasó allí toda la tarde y buena parte de la noche, mientras en las calles de Quito ciudadanos y policías protagonizaban enfrentamientos.
Durante su aislamiento, el presidente del pequeño país petrolero dialogó con algunos de sus pares latinoamericanos, quienes le dieron un inmediato apoyo, e incluso dio algunas entrevistas a medios de comunicación.
Analistas apuestan a que Correa recuperará totalmente el control del atribulado país, pero creen que deberá pagar costes políticos y que cederá aún más control en la Asamblea.
Ecuador, un país en donde fueron depuestos tres presidentes en los últimos 13 años, depende de su riqueza petrolera, cuyas instalaciones no fueron afectadas por la crisis.
Pero el jueves los precios del petróleo treparon a un máximo de siete semanas en el mercado de Estados Unidos, durante una sesión en la cual operadores señalaron a la crisis en Ecuador como uno de los factores alcistas.
Las operaciones mineras de Ecuador también quedaron intactas, según la Cámara de Minería, y las agencias de riesgo mantuvieron sin cambios la baja calificación soberana de la deuda de Ecuador.
SITUACIÓN POLÍTICA
Correa estudia disolver la Asamblea Nacional, de mayoría oficialista, que lo irritó cuando legisladores de su propia fuerza se negaron a apoyar leyes para reducir del tamaño del aparato público.
La disolución de la Asamblea Nacional permitiría a Correa gobernar por decreto hasta que se convoquen a elecciones generales, según la Constitución aprobada hace dos años. Su decisión tendría que ser avalada por el Tribunal Constitucional.
En Ecuador, los legisladores oficialistas suspendieron una sesión prevista para esta jornada en la que buscaban discutir nuevamente la ley que encendió la protesta.
Durante su discurso en el Palacio de Gobierno tras su dramático rescate, Correa involucró al ex mandatario Gutiérrez en la conspiración policial que hizo tambalear su Gobierno.
"Ahí estaba la gente de Lucio Gutiérrez, infiltrados. Azuzando a la violencia... cuanta irresponsabilidad", señaló en el Palacio de Gobierno tras haber sido liberado por el ejército tras un intenso tiroteo que fue televisado.
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