miércoles, 30 de junio de 2010
Los talibanes atacan una importante base OTAN en Afganistan
Los talibanes atacan una importante base de la OTAN en Afganistán
Soldados británicos patrullando en la localidad afgana de Nahr e Saraj, en Helmand, este …
"Un ataque contra la base militar de Jalalabad se produjo esta mañana", declaró a media mañana el capitán de corbeta Iain Baxter, un portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán.
"Varios atacantes murieron. Utilizaron un coche bomba, RPG (lanzacohetes) y armas ligeras. Hicieron estallar el coche bomba pero no alcanzaron el perímetro" de seguridad de la base, destacó el capitán de corbeta.
Dos miembros de las fuerzas de seguridad resultaron levemente heridos, anunció el comandante de la OTAN sin precisar su nacionalidad.
El ataque comenzó en la madrugada y duró varias horas.
Ahmad Zia Abdulzai, portavoz de la gobernación de la provincia de Nangarhar, cuya capital es Jalalabad, afirmó que en el ataque participaron kamikazes.
Un portavoz regular de los talibanes, Zabihulá Mujahed, reivindicó el ataque en una llamada telefónica a AFP.
La base de Jalalabad -una base y un aeropuerto militares- es una de las más importantes de la OTAN en el país, después de la de Kandahar (sur) y de Bagram, en los suburbios de Kabul, todas ellas objetivo de ataques de los insurgentes, a veces de kamikazes, ocurridos en los últimos meses.
El 22 de mayo, los talibanes habían atacado la base de Kandahar, la más importante del país, disparando cinco cohetes e hiriendo a varios militares de la OTAN y a civiles que trabajan en la base.
Unos días antes, 30 a 40 talibanes -entre los cuales kamikazes- habían atacado Bagram, la segunda del país. Dieciséis insurgentes y un civil estadounidense murieron, según las fuerzas internacionales. Nueve soldados estadounidenses también resultaron heridos durante los combates.
En mayo, los talibanes prometieron lanzar una serie de operaciones de 'yihad' ('guerra santa') -asaltos, atentados y asesinatos- contra las fuerzas de la OTAN y los extranjeros en general, en respuesta a la ofensiva en Kandahar, cuna de los talibanes.
Desde 2005 y del resurgimiento de la insurrección dirigida por los talibanes, cada año se registra un nuevo récord de bajas para las tropas extranjeras, desplegadas en Afganistán desde 2001.
Este nuevo ataque se produce cuando las fuerzas internacionales han vivido el mes de junio más letal en ocho años y medio de conflicto, con la pérdida de 100 soldados.
Este nivel de violencia y de bajas sólo es comparable con el que sufrieron las fuerzas internacionales, sobre todo estadounidenses, en Irak, en los peores momentos de la guerra, en 2007.
Por otra parte, la coalición dejó ver sus conflictos internos con la destitución la semana pasada del comandante de las fuerzas internacionales en Afganistán, el general estadounidense Stanley McChrystal.
Su sucesor, el general David Petraeus, trató el martes de dar garantías sobre la continuación de una guerra cada vez más impopular, pero admitió al mismo tiempo que había que esperar aún "rudos combates" en los próximos meses.
El general también prometió a las tropas de la OTAN revisar la aplicación de las reglas que restringen el recurso al apoyo aéreo para proteger a los civiles, pero que resulta peligroso para los soldados.
"Observamos avances en algunos dominios en medio del difícil combate en Afganistán", declaró el general Petraeus durante una audiencia parlamentaria para confirmarlo en sus nuevas funciones.
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