miércoles, 2 de diciembre de 2009
Del fogon a la mesa
Del fogón a la mesa
Los dulces de coco, naranja y papaya son algunos de los manjares típicos, elaborados entre la candela y el tizne, que endulzan nuestras fiestas
POR Jose Concepcion
El olor a leña se impregna de inmediato en la ropa. Las cenizas vuelan de un lado a otro, mientras se confunden entre la abundante vegetación y la flora que rodea las montañas del barrio Doña Elena, reconocido por la Loma del Tamarindo, en Comerío.
Desde un rincón de la residencia, ubicada en las Parcelas del sector Doña Elena Alto, en un caldero tiznado, sobre piedras y madera ardiente, se cocina el sabor azucarado de los frutos de nuestra tierra: coco, piña, naranja y papaya.
Aromatizados con especias como canela, clavo y anís, por más de cinco décadas, la comerieña Josefina Díaz, de 61 años, complace el paladar de su familia y amigos con dulces típicos hechos en el fogón.
Y es que, desde los siete años, Josefina aprendió el arte de la dulcería, de la mano de su madre, Concepción Morales.
Todas la semanas se coloca frente a su tradicional fogón, ubicado en la parte posterior de su hogar, a confeccionar los manjares que distinguen la zona montañosa de la Isla.
Según cuenta, su afición por la recetas de dulces a leña nace desde que tiene uso de razón. En su niñez todas las comidas se realizaban entre el tizne y la madera caliente. Y aunque en la sociedad moderna a muchos les resulte anticuado el fogón de leña, para ella ese es el espacio idóneo para cocinar.
No posee una medida exacta para cada ingrediente, ya que lo hace a “ojo”. Sin embargo, reconoce que la elaboración de los dulces puede tomarle varios días. Por ejemplo, el procedimiento para el dulce de naranja de estilo “oreja”, como ella lo llama, le toma tres días consecutivos.
“Lo primero es pelar las naranjas, les sacas la pulpa y pones a hervir el gabazo en agua con lejías (cenizas), luego lo lavas. Esa cenizas también sirven como abono para las plantas. Por tres días repites el mismo procedimiento para eliminar el sabor amargo de las naranjas”, explica Josefina, pastora de la iglesia La Gran Comisión.
“Luego, en una taza de agua, las colocas sobre el fogón con azúcar y las especias dulces, hasta que sequen y estén blandas. La clave es que no tenga mucha agua para que pueda secar”, agrega.
Con el dulce de papaya hace el mismo procedimiento por tres horas nada más.
En su fogón prepara dulces de naranja y papaya; pastas de naranja, coco y piña y dulce de coco. Los ingredientes los cosecha en su finca o los compra a sus vecinos. Y aprovecha las hojas secas de guineos, semillas y espigas de pinos para empacar los manjares.
Aunque es reconocida en el sector comunitario por la elaboración de los dulces, este año es la primera vez que se aventura a la venta por la temporada navideña.
“A insistencia de mis familiares y amigos es que los voy a vender, pero a través de pedidos”, asegura Josefina, quien espera poder ampliar el área del fogón para poder confeccionar más dulces.
Los interesados pueden llamar al (787) 875-2443.
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