martes, 23 de junio de 2009
Los mitos y realidades de la sexualidad durante el embrazo
Momento único
Los mitos y realidades de la sexualidad durante el embarazo
Por peludencia.blogspot.com
La relación íntima sexual de la pareja durante el embarazo puede ser hermosa y de reafirmación del amor o puede convertirse en un capítulo que lleve al distanciamiento y separación.
Existen numerosos factores que pueden influenciar o determinar si tu relación se mueve de un lado a otro. Conocer las respuestas a los cambios físicos en la mujer y los cambios emocionales en ambos miembros de la pareja te ayudarán a navegar exitosamente ese período de ajuste a sus nuevas vidas. Es esencial notar que no todos los embarazos son iguales. Así que las circunstancias, actitudes y sentimientos también van a ser diferentes y deben ser vistos de manera única en cada embarazo.
Durante todo el embarazo ocurren cambios físicos y emocionales que provocan reacciones diversas. A saber, euforia, miedo, excitación, ansiedad, felicidad, incertidumbre, celos, entre otras preocupaciones.
Las nauseas, la retención de líquido y pérdida súbita del control sobre ciertos aspectos del cuerpo pueden hacer que la mujer se sienta triste o cansada especialmente durante el primer trimestre. El desarrollo del abdomen y la preocupación por la fecha de parto pueden causar ansiedad y hacer que la pareja se inhiba de tener relaciones por miedo a ocasionar daño al bebé particularmente en el tercer trimestre. Estos sentimientos y situaciones influyen de una u otra forma en la relación sexual y pueden variar a través del embarazo.
Es de notar que surgen muchas preguntas y existen muchos mitos sobre qué prácticas sexuales se pueden o no hacer. Aquí aclararemos diversos mitos en general. Sin embargo es importante que tan pronto sepas que estás embarazada visites a tu médico, preferiblemente junto a tu pareja, y lleves una lista de tus dudas hasta ese momento. Es esencial consultar con el obstetra para saber qué práctica sexual es o no segura en su caso particular.
Aspectos a considerar
• Seguridad: Si no existe ningún tipo de contraindicación se puede continuar la actividad sexual desde el inicio del embarazo hasta que comience el proceso del parto o se “rompa fuente”. El feto se encuentra dentro del saco amniótico que es una bolsita transparente que protege el embarazo. Esta a su vez está dentro del útero que es un órgano muscular y su apertura al canal vaginal se recubre de lo que llamamos un tapón mucoso. Ese tapón evita al contacto con las secreciones fuera del útero.
Se ha encontrado en varios estudios que mantener una vida sexual activa durante el embarazo puede ayudar en el desarrollo saludable del feto y en el proceso de parto.
Cuándo no es adecuado:
• Cuando hay sangrado. Puede ser indicio de peligro para el embarazo y para la mujer embarazada. Por lo regular se recomienda “descanso pélvico” lo que implica que no puedes tener relaciones sexuales incluyendo orgasmo. Esto porque el orgasmo produce contracciones del útero que pueden hacer que termine en un aborto aún cuando no haya penetración.
• Cuando hay dolor. El dolor puede ser indicador de inflamación o infección lo que necesita una evaluación inmediata.
• Cuando no conoces el historial sexual de tu pareja o sabes que tu pareja tiene una infección de transmisión sexual. Si te infectas durante el embarazo es posible que transmitas la infección al bebé.
• Cuando se “rompe la fuente”. Tener relaciones luego de que rompa la membrana amniótica pone en riesgo de infección al feto. Esto puede ocurrir a veces de forma prematura, semanas antes de la fecha estimada de parto. En el caso de que notes cualquier secreción diferente de lo normal no debes tener relaciones sexuales hasta que no tengas una evaluación de tu obstetra.
• Cuando, por alguna otra razón, te lo recomienda tu obstetra. Debes aclarar y entender la razón o razones por la cual se te ha recomendado no tener relaciones. Pregunta si esa recomendación incluye el tener orgasmos. Si puedes tenerlos puedes recurrir a otras prácticas que no requieran penetración.
Cambios normales
El deseo no varía, pero:
Aproximadamente en la mitad de las mujeres el deseo sexual no varía a través del embarazo. Sin embargo algunas mujeres experimentan un aumento considerable en las ganas de tener relaciones sexuales y en otras puede desaparecer por completo al punto de rechazar a su pareja. Estos cambios pueden crear tensión en la relación que si no se maneja puede hacer que la pareja se distancie.
El aumento en deseo sexual o la pérdida de éste puede confundir a la pareja y amplificar conflictos previos al embarazo. Es en esos momentos que la comunicación honesta y abierta fomenta la unión y comprensión de ambos.
Si esa comunicación no ha existido previa al embarazo es el momento de recurrir a un profesional de ayuda que les asista en el proceso de ajuste a esta nueva vida. Establecer esos canales de comunicación son vitales para que la pareja sobreviva a partir de ese momento.
Cambios de intensidad en la excitación:
Una situación común es que la calidad de la excitación y del orgasmo cambia. Debido a que aumenta la cantidad de sangre que llega al abdomen bajo (a los órganos de la pelvis) puede aumentar la intensidad de la excitación y el orgasmo.
Hay mujeres que reportan tener su primer orgasmo durante el primer trimestre del embarazo o reportan tener múltiples orgasmos por primera vez. En otros casos esa congestión puede hacer que se sienta molestia durante la excitación.
Cuando el embarazo está próximo al parto la excitación ayuda en el relajamiento de la pelvis y sus músculos en preparación para el proceso del parto.
Posiciones durante el embarazo
Al inicio del embarazo por lo regular se pueden seguir usando las mismas posiciones anteriores, salvo cuando el médico recomiende lo contrario. Las más recomendadas, particularmente por comodidad, durante los meses más avanzados son:
1. La mujer arriba: Es una de las más cómodas para la mujer ya que así controla su peso, el grado de penetración y la intensidad de la relación sexual.
2. De lado (“Spooning” o cucharitas): Permite una penetración no muy profunda y no supone el balance
del peso.
3. De manos y rodillas: (“doggie style” o perrito): Permite que “cuelgue” el vientre por tanto no se ejerce presión sobre el abdomen.
Recuerda que ésta es una etapa normal de tu vida y de tu pareja. También debes tomar en consideración que aún cuando puedas tener relaciones durante el embarazo no significa que tienes que hacerlo.
Si por alguna situación estuviesen contraindicadas es esencial no perder de perspectiva que la relación de pareja no se compone sólo de la relación sexual sino que hay diversas formas de mantener la intimidad con amor y respeto mutuo.
La pareja debe procurar dentro de lo posible acompañar a la embarazada a sus citas, en particular a aquellas que sean cruciales en la planificación del proceso de parto. El demostrar interés en todo el proceso puede ayudar en lograr mayor intimidad aún en los casos donde exista contraindicación para la actividad sexual. Lo más importante es mantener una comunicación abierta y franca con tu pareja para poder seguir disfrutando de una vida sexual plena durante y después del embarazo.
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