“Aquí hay mucha gente muy asustada”
Habitantes de México viven el virus con temor e incertidumbre
LA emergencia ha trastocado la rutina de millones de mexicanos.
Por peludencia.blogspot.com
Las calles están casi desiertas. Los pocos que salen llevan el rostro tapado. Sólo algunos comercios atienden público. El contacto humano es mínimo. La vida parece haberse detenido en el agitado y ruidoso Distrito Federal de México, según el testimonio de mexicanos entrevistados vía telefónica.
Daniel Treviño, un estudiante de 14 años empacaba sus cosas ayer. Junto a su madre y hermana saldría hacia el pueblo de Cocoyoc, en el estado de Morelos, a unos 50 minutos de la capital. Allí se sentirán más seguros, pues en la zona las autoridades no han reportado muchos casos de la gripe porcina que mantiene en vilo al país.
“Aquí hay bastante miedo. Toda la gente ahorita está en sus casas o saliendo de la ciudad”, cuenta Daniel. Él y sus amigos, con quienes mantiene contacto telefónico y a través de ‘messenger’, están “entre el desespero y el aburrimiento”.
“No hay mucho que hacer en casa”, apunta.
La rutina también se ha interrumpido en muchos centros de trabajo. Diego Álvarez labora desde su casa. Sale lo indispensable. Del mercado a la casa. De la casa al parque. Es de los que trata de salir, sólo un poco, con tal de evitar abrumarse a los extremos. Por ahora, planifica quedarse en el Distrito Federal junto a su esposa e hijo, aunque reconoce que la situación es difícil de asumir.
“Aquí hay mucha gente muy asustada, pero también porque hay rumores de que hay más infectados de lo que oficialmente están declarando”, sostiene.
La información es recibida con escepticismo por algunos, como es el caso del profesor universitario Raúl Alegre Barrios.
“La gente anda con pánico. El comentario generalizado es que el Gobierno nunca dice la verdad de las cosas y que, si ha tomado estas medidas de emergencia, es porque las cosas están más graves de lo que está dispuesto a aceptar”, afirma.
Hertha Ugarte, dice que a sus 60 años no recuerda ninguna experiencia parecida a la que vive estos días.
“Mi esposo es maestro y en este momento no hay ninguna actividad escolar. Los partidos de fútbol se han hecho a puerta cerrada. Las actividades culturales del fin de semana se cancelaron. Las mamás, si salen al mercado, no están llevando a los niños”, cuenta la mujer.
Se mantiene, sin embargo, muy optimista. Evita entrar en lo que llama “un estado de miedo”.
“Creo que el Gobierno lo está enfrentando y abiertamente están pasando información”, opina. Con un matiz de esperanza en la voz dice confiar en que, si todo el mundo se protege, “vamos a salir de esto”.
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